Nº 551. La funda de la almohada.

 

"La melancolía conmueve. La memoria la reaviva"..

Los largos meses llegaron a su fin. Fueron azarosos, duros, llenos de acontecimientos de distinto tenor. Algunos leves, otros trágicos. De aquel momento de pasión intensa a ese otro dispar sentimiento generado en otro amor también instintivo aunque acompañado por sufrimientos  intensos e interminables. Largas horas para culminar con ese fruto en sus brazos. El último jurándose no repetir más la experiencia en medio de ayes e imprecaciones. Luego como sucede siempre toda la ternura volcada sobre su nuevo hijo .Orgullosa, feliz, olvidando todo lo dicho, sus quejas, sus lamentos. Atrapada por una serenidad al compartir con su amado el resultado de tanta pasión. Todo volvió  a esa nueva normalidad nacida en la presencia de un personajito agregado a una familia que crecía, que gozaría de la vida con todos sus vaivenes.

Ella ya asumido su nuevo y repetido papel descansa en cama arreglada, lejos de la sangrienta batalla del parto librada allí mismo horas antes. Ropa inmaculada. Reposó merecidamente, su hermosa cabeza se enmarcó en esa almohada de funda blanca con muestras del paso de una hábil aguja.

La madre, la mía. El niño, yo. Fue una madrugada de abril hace 84 años. Hoy apoyo mi anciana cabeza sobre esa misma funda.

Chau y hasta la próxima.