Nº 786 Un árbol que da vida

"La naturaleza, nuestra hacedora , nuestro indiscutido dios".

Parece un título, una definición común y corriente.Cierto, lo es.Salvo especies, que las debe haber, cuya presencia pueda ser negativa.En este caso me refiero a una ya objetivada en otros ufa, señalado como componente esencial de mis etiquetas.El, este níspero varias veces descripto es sin duda un dador generoso de vida.Bastó verlo en esta pasada temporada lleno de flores, ofreciéndolas a los insectos, poniendo en marcha la máquina de la polinización.Luego, en proceso lógico sus frutos abigarrados sobre sus ramas, soportes de pesos sabiamente calculados por la naturaleza en flexión resistencia.Madurar, expuestos en su carnosa desnudez.En tentación bíblica, en sacrificio calculado.Belleza ofrendada para que junto con su sabroso envoltorio, su núcleo sea esparcido, el carozo semilla destinado en transporte natural, para un reposo germinativo..Retoños hijos en intento de perpetuidad y multiplicación de su especie.Pensándolo, un milagro más de la naturaleza.

Su tentación atrae a la mano humana para recoger sus frutos.A los pájaros, aves con llamativa regularidad horaria en visita para alimentarse.Picotean, lastiman.En vuelo abrupto se los llevan en sus picos.Cada especie con métodos propios de su condición.Las palomas se limitan a eso, a picotearlos, como los benteveos pero se llevan algunos.Las cotorras los sostienen con sus patas.Otras aves en efímera actitud de ir y venir, rápidas, relampagueantes.De su oferta también en casi inadvertida presencia, insectos, larvas, toda forma de manifestación de vida aferrada a la vida utilizando esa generosa oferta.

Pensemos brevemente en todo lo que este humilde níspero ofrece.Pero no todo es biológicamente material y natural.¿Qué  produce este árbol regalando vida?Con su presencia anuncia, muestra no solo que la vida existe,sino que tiene elocuencia suficiente para mostrarla en sus innumerables facetas.

Entre él y yo se tiende un puente mágico.Me invita a ser un reflexivo intérprete, un espectador gozoso.Así como el recibe, nutre a sus visitas,se estremece con las brisas que lo agitan, se baña en lluvias acariciadoras,en rayos de sol maduradores, es receptor en apariencia inconsciente de mis miradas, estimulador de mi sensibilidad.

El y yo vivimos en mutuo reconocimiento.¿Puedo negar acaso que este árbol no me regala vida?.

Gracias por estar allí.

Chau y hasta la próxima.