Nº 843 Fotografías. "Imágenes del pasado"

Una caja, la recuerdo grande, aunque su tamaño en la memoria es aquel que ha dimensionado la óptica infantil.Como sucedía con las aulas del colegio primario, grandes como los pupitres, como la sala de música, que al volver a verlas, pasados largos años las encontramos pequeñas, los pupitres rechazando todo intento de sentarnos en ellos.Bien,la supongo grande, la deseo grande. De madera oscura, brillante , de tapa con bisagras, a su frente una cerradurita sin llave.Esa caja al abrirla obraba como un libro  lleno de ilustraciones. Puras imágenes.Rebosaba hasta el tope de fotografías muy variadas.Aquellas en blanco y negro, la mayoría brillantes, con margen blanco recortado de formas variadas y estándar.Las había de color sepia, muchas de ellas hechas por mi padre con su cámara Agfa de fuelle, reveladas en un cuartito  oscuro con su correspondiente luz roja, expuestas luego dentro de unos marquitos de madera con vidrio , al sol que iluminaba la terraza de mi casa natal.También las había de aquellas antiguas para esa época montadas sobre  gruesos cartones a cuyo pie estaba el nombre de la casa fotográfica. La mayoría absolutamente desconocidas provenientes de la lejana Italia.No faltaban algunas tarjetas postales románticas coloreadas a mano.El acto de abrirla cual la definición de libro de imágenes producían en mi una sensación de expectativa, de placer, aunque las reconociera a todas por experiencias anteriores e iguales.Reconocía en ellas imágenes familiares no siempre gratas,en la presencia de seres queridos desaparecidos.En especial las de la muerte de mi abuelo Juan en 1936 donde se veía la salida del féretro portado por sus hijos, mis tíos y mi padre, en otra la del fúnebre aguardando en la calle con sus cuatro caballos uncidos, sus penachos en la cabeza.Todo volvía a pasar por mis manos hasta agotar su existencia.No podría explicar el origen del impulso que me llevaba a abrirla en cualquier circunstancia aunque seguro como entretenimiento.Un juego de los tantos que practican los niños, algo aburridos.Sana práctica que estimula la actividad creativa.Comparo esa forma de ver fotografías, paisajes, de asomarse a acontecimientos, personas, con aquellas formas de colocarlas en álbumes con esos angulitos  que las sostenían por sus cuatro vértices. Paciencia para la clasificación. Protegidas por unas hojas de papel de seda grueso.Hoy la invasión fotográfica nos abruma en las páginas de internet.No me dan , por lo menos a mí  mas que la satisfacción de una curiosidad, son casi o parte de cada mensaje o noticia.Vuelvo rememorando aquellas sensaciones hoy indefinibles.No las tengo a mano. La caja, con la mayoría de su contenido sufrió la diáspora de las cosas heredadas , mal repartidas  y sin la valoración que merecían.Algunas fotos andan deambulando por cajones de mi casa, alguna gaveta. Mundos desaparecidos. Otras de imposible identificación. En la familia ya no hay a quien preguntarle. Ver esos restos surten otro efecto.Si el de la nostalgia, la melancolía, atizando el pasado, imposible en aquella, mi mente infantil.

Chau y hasta la próxima