"Preparación para la muerte" de Manuel Bandeira poeta brasileño.
La vida es un milagro.
Cada flor,
Con su forma, su color, su aroma,
Cada flor es un milagro.
Cada pájaro,
Con su plumaje, su vuelo, su canto,
Cada pájaro es un milagro.
El espacio infinito,
El espacio es un milagro.
El tiempo infinito,
El tiempo es un milagro.
La memoria es un milagro.
La conciencia es un milagro.
Todo es milagro.
Todo menos la muerte.
-Bendita la muerte, que es el fin de todos los milagros.
Más de una vez se nos ha ocurrido o hemos pensado sobre la suerte corrida por aquellos que han muerto de recién nacidos, a los pocos meses, de corta edad.Tronchada su oportunidad de la vida. Nuestro pensamiento en estos casos puede tomar la dirección de imaginar que esa interrupción del ciclo natural destruía una vida supuesta, sin poder transitar un camino normalmente largo, interrumpido a causa de la muerte. Vida que no fué, sin posibilidades de ser. Ocultos talentos, creatividad, bondad, carácter perverso. Todo aquello que componen a un ser humano y en este caso no fueron. ¿Cuantos genios, inútiles, super o infra dotados quedaron por el camino?. Potenciales santos o tiranos. Personajes mediocres. No es que este tema sea acuciante para conversarlo o para destinarle energías en desarrollarlo. Es uno de los tantos que a veces podemos tomarlo como reflexión, pero si nos pusiéramos imaginariamente en la piel de alguno de ellos y lográramos pensar desde su interior, conciente o no de su destino efímero, entonces, seguro, el tema llegaría a conmovernos hondamene. Ya no se trataría de verlo desde "afuera" que es muy distinto, si se quiere hasta cómodo. Encarnaríamos el papel de la víctima con toda su carga y angustia que presupone saber o presentir no disfrutaremos de la vida llena del encanto intrínseco que ella presupone. Más allá de lo que la realidad luego depare. Practicar en este caso como una imaginaria alteridad, o en un paso más audaz asumamos una posición de mismidad.
Sé he tomado un tema ríspido pero me ha sido fácil en lo personal ,aunque cargo con una hija que corrió esa suerte, de enorme priviliegio. Vivo y puedo hacer hasta un balance de lo pasado, sorteando obstáculos hasta llegar a hoy. He tenido fortuna, como vos lector que estás y podés leerme.
Chau y hasta la próxima
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