Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

sábado, 15 de mayo de 2010

Nº 310 Erasmo de Rotterdam.


  "La imaginación puede ser portentosa, superada a veces por nuestro subconsciente".
Estaba sentado con un libro entre mis manos. Un libro de tapas blancas de un tamaño algo mayor que la de un cuaderno escolar. En la principal justo en el centro un rectángulo conteniendo el retrato del autor, sentado, mirando hacia la izquierda en posición de intelectual displicente. Se leía por encima de ese rectángulo en letras oscuras El elogio de la locura de Erasmo de Rotterdam. Me pregunté repetidas veces si tenía alguna explicación de cómo había caído entre mis manos. No recordaba haberlo sacado de mi biblioteca y menos aún incorporado a mi modesta colección de libros. Pero el hecho cierto, real es que allí estaba yo, aunque no me visualizaba con mucha claridad, casi oculto en una semipenumbra, pero seguro era yo y el libro sí muy destacado, luminoso, con una albura inmaculada. Más me sorprendía el no haberme preocupado nunca y menos interesarme por Erasmo de Rotterdam y sus pensamientos. Sí por supuesto mi ignorancia no fué tanta como para que me sonara por primera vez. Algo había leído e informado sobre su doctrina y la influencia de ella en el calvinismo y el luteranismo. Sabía de quien se trataba. Lo extraño en mi fuero interno se resumía a dos cuestiones. En qué circunstancias yo estaba allí y el porqué de ese libro. Misterio.
Bueno, en realidad no lo era tanto. Cuando me desperté  todo se aclaró,rectifico, en parte,porque los sueños tienen sus secretos no siempre descifrados, aunque hay personas  que dicen interpretarlos. Los sueños son como una representación teatral o una película donde aparecen personajes desconocidos, queridos, amados, muertos. También los lugares, las circunstancias, por momento tiene trama, argumento, a veces se repiten en esencia aunque no en su forma. Siempre por lo menos somos espectadores.. Esta vez el sueño brevísimo me atrapó. Erasmo de Rotterdam siguió girando dentro de mi cabeza cual idea obsesiva. Esto nos sucede más de una vez con imágenes o palabras que se resisten a abandonarnos y cuanto más esfuerzo hacemos por guardarlos en la caja del olvido más presentes están, hasta que en forma silenciosa desaparecen. Llevo ya tres días con ese nombre, ese sueño en la cabeza. Le he restado importancia, seguro no la tiene. Evoco al sueño y cada vez se me hace más breve y más difuso. Ya el libro no es tan nítido, mi penumbra más penumbra. No me diviso y en ejercicio evocativo el libro ya está difumado. Poco tiempo más y dejará de rondarme. Vaya uno a saber en particular durante las noches  qué nuevos sueños acapararán mis pensamientos. Me producirán cierta manía obsesiva para luego correr la misma suerte que los demás. Pero no dudo que este, sin trama, argumento, acción, figuras conocidas, hechos reiterados, donde todo se limitó a una penumbra, yo y en mis manos Erasmo de Rotterdam con su Elogio de la locura, tuvo un peso específico superior al de muchos otros, con su esquema simple, con su contenido inexplicable.
Chau y hasta la próxima.

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