Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 16 de junio de 2010

319 A veces no me reconozco.

   Dios, yeso de Zulema Aschero.

 

"Gnosi seautón"

Curioso, extraño lo que me sucede, de allí el título.Voy abriendo libros viejos ya leídos, la mayoría de muy antaño. Como siempre fué mi costumbre cuando los terminaba les ponía mi nombre y la fecha, el año y dejaba,dejo aún clara constancia que pasó por mis manos, que mis ojos recorrieron sus páginas, que disfruté o no de su lectura. Aprecié en su momento palabras, frases,argumentos, pensamientos, estilo, capacidad literaria en algunos. Interpreté o intenté interpretar. Subrayé, hice a veces anotaciones marginales. Insisto documenté sin premeditaciones, sin planificación alguna esos actos o acciones y ahora al releerlos no logro a veces explicarme en ejercicio de la memoria el porqué  de esas constancias.Qué me impulsó a hacerlas. Por momentos imagino las hizo otro lector. Todo esto no es más que un matiz del no reconocimiento aludido. También extraño mi carácter anterior. Al actual lo califico con la dureza que él a su vez se manifiesta. Quedó atrás parte de mi afabilidad, tolerancia, buenos modales. Por momentos soy agresivo,intolerante. Asoman rasgos otrora desconocidos. Imposible imaginarme tiempo atrás como soy hoy. Explicaciones médicas sobran. Edad, enfermedad, medicaciones producen una carga pesada para mí y mi entorno. Mal humor  en batalla, la descuento perdida a pesar de mi enorme voluntad. No enarbolo ninguna bandera blanca. Excluyo toda posibilidad de parlamento o pacto. No lo quiero ni lo deseo. Seguro este nuevo yo tampoco.. Todos sabemos somos conscientes que alguna vez la derrota llegará y será el fin. Pero una cosa es pensarla como probable y lejana y otra es entablar los finales de una batalla con un fin anunciado. Estoy inmerso en ella. Partes demostrativas se asoman en mi vida cada vez más escasa, cada vez más metido en mi propia concha. En aislamiento voluntario, psicológico. En la percepción de gestos de conmiseración, ayuda, actitud respetuosa hacia mi persona. Deambulo envuelto en una aureola magnética donde el resto hace lo suyo y en ella no logro, ni lo intento una participación más activa, cuando tiempo atrás podía jugar papeles preponderantes. Se me escuchaba, consultaba, pesaba, dirigía. En ciertos momentos ejercía liderazgos. Uno va entrando sin quererlo en una categoría pasiva. Ser testigo observador con escasa opinión atendible. En esto también soy otra persona, o lo que queda de ella.Se  va modelando otro yo, y este no me sorprende, se superpone al mío, al de siempre. Se, con absoluta lucidez y conciencia quien soy. Curioso, ni mi ego ni mi autoestima protestan. No las acompaña un sentimiento depresivo o pesimista. Pienso con realismo puro. La durísima simpleza de su admisión engendra ubicación veraz y certera. En parte como lo admito soy otro y soy yo, el mismo en simultaneidad. En esta reflexión solitaria, profunda expresión contundente de individualismo, en el silencio compuesto por las ideas que surcan mis pensamientos que gritan, aturden, concluyo en mirada retrospectiva y me digo por momentos no me reconozco, no soy así.

Amigo, esto que te acabo de contar lo más seguro no te produzca más que indiferencia, o no. Lo que sientas es legítimo y comprensible, porque me sucede a mí y no a vos. Pero en una de esas acarreás tus propios síntomas. No importa, si tenés la suerte de vivir muchos años es probable que esta historia con matices pero igual en el fondo y esencia, también te toque vivirla.

Chau y hasta la próxima

No hay comentarios: