430. El caleidoscopio.

  

"La imaginación, instrumento para embellecer la vida".

Su nombre proviene del griego:kalos (bella)  eidos (imagen)  scopeo (observar)

Alojado en un mísero asilo, allí se deslizaba  su pobre vida signada por una persistente y apabullante soledad. Ya el evidente ocaso lo llevó a aferrarse a un cilindro de cartón, manoseado y sucio apoyado sobre uno de sus ojos, al extremo tal que el caleidoscopio, de eso se trataba, había asumido la característica de apéndice o parte de su rostro. Sostenido por un par de manos sarmentosas parecía hacer los deleites de su dueño por el tiempo que le destinaba a jugar con él, aunque no se traslucía en sus gestos placer alguno. Más bien se percibía una actitud concentrada, seria, atento eso  sí a los cambios producidos en el juguete por sutiles movimientos de sus dedos. Hasta podría suponérselo en la búsqueda afanosa de una imagen irrepetible o idealizada, búsqueda en apariencia fracasada, o quizá las reglas de probabilidades aún no se habían manifestado, o porque la cantidad sucesiva de ellas no podían ser retenidas por una memoria saturada de belleza y cambios.

El corto tiempo que abarca este relato se terminó. Al anciano lo encontraron muerto, en posición casi fetal. Aferrado a él con fuerza inusitada, como si le significara la causa, la justificación de su vivir. Una amplia sonrisa, un canto a la alegría esta vez sí dibujado en su cara. Por fin la modificación sustantiva entre el gesto adusto, imperturbable que lo acompañaba en esa aparente infructuosa búsqueda de la imagen y esa  otra en el momento de morir.

Una de las personas que lo hallaron  muerto lo examinó detenida y reflexivamente y luego dijo: ¿Qué habrá visto este ciego?.

Chau y hasta la próxima.