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"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 5 de octubre de 2011

456.Segunda parte del día del odontólogo. Memorias.

Villa Minerva en el fondo del mar, Marcelo Pombo. 

Continúo con el largo relato.

LAS PRÓTESIS.

Imagínense, porque dudo que haya sobrevivientes portadores de prótesis de caucho que puedan relatar su experiencia, lo que significaba hacerlas y usarlas. Las encías de un rosado horrible. Los paladares de metal o rojo oscuro, amarronado. Los dientes de porcelana de artificialidad manifiesta. Construirlas en el laboratorio podía ser tarea riesgosa. Se utilizaban unas vulcanizadoras para vulcanizar el caucho y así endurecerlo. Mas de una de esas máquinas llegaron a explotar hiriendo al operador. En realidad estas prótesis habían nacido en 1851 en Estados Unidos por obra de Nelson Goodyear, hermano de Charles, el de la marca de neumáticos. Creó la vulcanita, transformó el caucho flexible en duro y rígido, y lo aplicó inmediatamente a las dentaduras, reemplazando a los metales preciosos, haciéndolas en su tiempo más baratas y livianas. Los portadores de esas dentaduras sufrían no solo por el aspecto estético sino porque muchas veces padecían de micosis en sus mucosas. Pero, a no asombrarse antes que ellas, yo solo las vi en libros de historia y museos, se hacían otras más pesadas de distintos materiales, hasta con dientes de animales adaptados y algunas con resortes en las partes posteriores para facilitar su funcionamiento. Por supuesto a las de caucho se le podían poner paladares de metales preciosos,más tolerables, pero muchísimo más costosos, como manifestación de lujo. Hay que tener en cuenta que el hombre, por motivos culturales o religiosos talló y adornó sus dientes en muchas civilizaciones, tribus, de igual manera o concepto con que colgó pendientes, collares, pulseras. Deformó sus labios, cuellos, pies, narices. Pintó o tatuó cuerpos. En una expresión más moderna, la que me tocó vivir, era relativamente frecuente recibir de pacientes, en general de pobre condición, provenientes de países vecinos o del interior, solicitar la colocación de dientes y coronas sobre piezas sana y bien visibles, como una demostración de status y de estética, en contraposición con las tendencias y conceptos actuales donde la odontología trata o intenta de reparar o sustituir y al mismo tiempo hacer pasar la obra inadvertida, natural, invisible, funcional. Y sin ir muy lejos nos basta con mirar a muchos jóvenes y no tanto, con cantidad de adornos prendidos en sus labios,cara, etc. Aparecieron otros metales como el cromo y sustitutos de los preciosos en aleaciones semipreciosas o de apariencia preciosa, pero de más bajo costo. Y existían combinaciones diversas y "ganchos " sostenedores también de distintos materiales. Se difundió mucho el acero en reemplazo del oro, oro platinado y cromo fundido. Viví esa transición o su simultaneidad. El acero en alambres, en láminas para ortodoncia, suplantó a los metales más finos y luego se agregó el plástico. El acrílico, estimo fué una gran revolución protésica. Como vimos se utilizaron diversos materiales para confeccionarlas El marfil, la porcelana, el celuloide. En 1932 apareció la vinilita pero fué sustituida por las resinas de metilmetacrilato (acrílico). Técnicamente más fácil de usar, más higiénico y estético y también fácil de reparar. Más liviano con muchas virtudes y algunos defectos. Con alguna fragilidad. Los  dientes también se hicieron de acrílico, mucho más seguros en su relación con la prótesis, ya que se soldaban al mismo material de la base, a diferencia de los de porcelana cuya fijación dependía de anclajes mecánicos que los retuvieran. Son más estéticos, naturales pero más blandos al desgaste masticatorio, aunque luego fueron perfeccionados  y se hicieron más resistentes. Por el momento se han impuesto hasta que aparezcan otros rivales. También comenzó a usarse el acrílico en operatoria dental, para obturaciones y cementaciones pero su trama orgánica producía fetidez, amarronamiento de los colores, contracciones con las consecuentes filtraciones. Otros materiales fueron apareciendo para uso protésico, pero traté de contar a grandes rasgos lo que ví y practiqué durante mi aprendizaje y posterior ejercicio profesional. Tuve la fortuna de hacer prótesis fijas, funcionales , estética.Prótesis semi fijas de maravilloso funcionamiento. Totales y parciales que resistieron el paso del tiempo, más allá de lo prudente y aconsejable, pero entiendo no corresponde a los efectos de esta memorización, entrar en el terreno del análisis de las técnicas disponibles en esta materia, sus pro y sus contras.

LA TOMA DE IMPRESIONES.

Fueron muchos los materiales que se usaron y usan para reproducir total o parcialmente la boca, el aparato masticatorio, los detalles de un muñón, una cavidad, el registro de un hueso tapizado por músculos, mucosa e inserciones. Para cada propósito se dispuso de distintos materiales con sus cualidades y defectos. Uno de ellos, el yeso de impresiones. Difícil de usar, fué de los más primitivos, por lo menos en mi época. Al carecer de elasticidad no permitía retirar la impresión salvando fielmente los ángulos muertos y paredes retentivas. Por ello, entre sus cualidades debía poseer fragilidad y fractura nítida para poder quebrarlo y posteriormente armar los pedazos para obtener el negativo. También se utilizaba un compuesto de modelar que se ablandaba en agua caliente , pero al retirar la impresión esta se estiraba precisamente en los sectores con retención que le hacían perder exactitud, y esa cualidad era y es indispensable para obtener modelos exactos. No voy a comentar todos los detalles técnicos de una impresión para para una impresión total o parcial, fija o móvil, y aún para que tipo de material restaurativo   la necesitemos. Una ortodoncia no es igual a una ortopedia, un puente fijo, un implante, etc. Requieren variadas gamas de maniobras basadas en principios generales, tienen individualidad propia. Pero también  deberíamos hablar  de cubetas o recipientes a utilizar según el materia elegido y el trabajo a ejecutar. Las cubetas fueron inventadas en Francia en 1820  por Christopehe F Delabarrie. Así como conté que ciertos materiales e instrumentos marcaron hitos en los cambios, el alginato fue el material por excelencia  que inauguró una época. Un polvo saborizado o neutro, mas agua producía un material elástico de rápido fraguado y fácil retiro. Debía hacerse el vaciado lo más rápido posible, según lo indique la marca, pero este fué el elemento que el yeso y los compuestos de modelar no podían aunque a veces se imponían procedimientos mixtos con el uso sucesivo y superpuesto de distintos materiales. Algo parecido era y es una masa gelatinosa llamada hidrocoloide. Ablandable con agua caliente y que tenía una la elasticidad y la fidelidad suficiente para cumplir requisitos similares al alginato. Era reutilizable y permitió y permite  su uso en sucesivas etapas al no fraguar con tanta rapidez . Se lo usó especialmente por esa cualidad en la toma de impresiones para la confección de mascarillas, ya que en odontología en su atractivo carácter multifacético, existe una especialidad muy poco conocida llamada en mis tiempos prótesis restauratriz. Como su nombre lo indica consiste en restaurar y mejorar la pérdida de zonas del macizo maxilo-facial, por deficiencias de nacimiento, accidentes o enfermedades. De manera que aprendimos a hacer narices, orejas, partes de la cara, facilitar a aquellas personas con paladares fisurados o ausentes total o parcialmente, colocándoles placas que mejoran la fonación y la deglución. Con el correr del tiempo  aparecieron otros materiale de impresión más exactos, menos sujetos a deformaciones, si el tiempo que mediaba entre la toma de impresión y la confección del modelo se prolongaba. Como dije más arriba ellos se correspondían a un fin específico y a un propósito determinado.

LA FAMOSA PIORREA Y OTRAS REFLEXIONES.

Así llamada durante muchos años, hoy entre la información y la extensión de la práctica odontológica, su semántica se fue modificando y una serie de nombres tradicionales fueron seudo modificados y lo serán en virtud de una mayor precisión, a la división de especialidades más acotadas, a la revalorización  científica de las patologías. Algunas,muy pero muy populares en otro tiempo en la actualidad carecen de significado y vigencia. En mis tiempos poner la consabida chapa de bronce en la puerta de calle que no dijera cirujano-dentista o en unos carteles de vidrio negro con letras doradas que no tuviera la palabra dentista y en su lugar la de odontólogo podría significar un anuncio en parte fallido por la escasa popularidad de esa denominación, y por lo tanto que el mensaje no cumpliera su objetivo. Refiriéndome a denominaciones, a la a la obturación se la llamaba emplomadura, ya expliqué porqué. A la extracción o avulsión sacar una muela. Dentadura postiza por prótesis parcial o completa. Sacar el nervio o matarlo por endodoncia o tratamiento de conducto. La enfermedad que afecta al periodonto (fibras microscópicas que sostienen la pieza dentaria y la ligan al hueso alveolar) producen movildad dentaria, reacción gingival, la formación de bolsas supurantes que configuró la famosa piorrea, en general de fatal pronóstico. LLevaba casi inexorablemente a la extracción, a su pérdida indefectible y a una posible pérdida total a corto o mediano plazo. Además de vinculársela con infecciones focales el concepto de la eliminación de dichos focos por razones de salud general producía su inexorable extracción sin muchos intentos conservadores a pesar de existir  tratamientos y especialistas prestigiosísimos capaces de conservar idóneamente el aparato masticatorio. 700 años AC ya  un médico asirio estableció las bases del concepto de infección focal al relacionar a las enfermedades de boca con la patología general del organismo hasta que en 1910 Guillermo Hunter la interpretó con el nombre de infección focal. Por supuesto que toda la odontología evolucionó positivamente haciéndose más prudente, menos mutiladora, más conservadora y sobre todo preventiva. Tiene con qué. Mayor profundidad científica, mejor conocimiento de las etiologías y mayores recursos científico- técnicos.

LOS NIÑOS.

He relatado como anestesiábamos a los niños con cloruro de etilo.Los dormíamos , extraíamos las piezas temporarias y ellos se despertaban llorando sin saber bien que les había pasado. Piénsese en los anestésicos disponibles, en la aurora de los antibióticos, en el tipo de instrumentos rotativos que describí. Una caries era difícil de tratar, una cavidad de tallar. La remoción del tejido enfermo, casi una proeza. Las reparaciones eran eso, sin cuidar la estética, muchas veces con amalgamas de cobre o impregnaciones de nitrato de plata. Ambas dejaban los dientes negros. Se limpiaba el tejido cariado con un instrumento de mano tipo cucharita. No siempre esas maniobras lograban hacerse con suficiente tranquilidad. A los niños era corriente en las familias amenazarlos con el cuco, el hombre de la bolsa o el dentista. Era frecuente o razonablemente común escuchar a la madre si su hijo no se portaba bien en la consulta pedirle al doctor que le sacara una muela o le diera una inyección.¿Imaginan la predisposición del pacientito cuando realmente había que extraerle o inyectarle?, ¿o hacerle alguna curación?. Después, en otra época caíamos  en lo opuesto. Fué la época de psicologismo a todo trapo. Los niños gozaban de una permisividad absoluta y así se portaban, ante la mirada tolerante de  sus mayores, donde la reprimenda estaba en desuso o prohibida. No imaginar por lo que cuento cierto primitivismo odontológico. en la década del 30 fuí portador de aparatos de ortodoncia con un tratamiento de primer nivel ejecutado por el Dr José F Elgoyen, padre del actual profesor Elgoyen. Gran profesional a quien recuerdo con verdadero cariño, modelo de lo que luego intenté ser. Con el tiempo se cambiaron las  bandas de metal precioso por las de acero al igual que los alambres, hoy en parte reemplazados por plásticos, aparatos inteligentes, etc. Fuimos testigos y participamos del advenimiento de la ortopedia funcional de los maxilares, otro concepto, otra aparatología, otra revolución más. Inclusive se amplió el espectro de casos tratables y hoy se aplican a adultos, en aquel tiempo estaba casi vedado o envuelto en serias dudas sobre su oportunidad y eficacia. A los niños comenzamos a tratarlos con un concepto pediátrico más avanzado, conservador y preventivo. Nuestra época marcó el inicio de una cultura médica progresivamente más masificada, popularizada, porque padres, autoridades sanitarias, nuestra formación básica hizo del cuidado de la salud bucal un principio  a sostener y a difundir. La psicología , la metodología, los conceptos de mantenimiento de espacio, la higiene, la prevención se difundieron ampliamente. Al descubrir en 1890 W.D.Miller, el origen bacteriano de la caries dental, desterrando el concepto del gusano como causa que ya conté, se abrió el camino a la investigación para su tratamiento y prevención. Cimentó las bases de los primeros pasos de higiene. Con el tiempo, la detección primero y luego el haber permitido avanzar significativamente en la prevención y curación. Ya es , por distintos métodos fácilmente  detectable su presencia y en consecuencia facilitada su eliminación . Cuento como anécdota que en mi época de odontopediatría con la introducción  de nuevos conceptos y técnicas no contábamos en ese 5º año , corría 1951 con un texto impreso que respondiera a las enseñanzas modernas que se impartían de manera que ese texto fué editado por la Fundación Eva Perón. Conservo un ejemplar y otro, obtenido al año siguiente por mi esposa, lo donamos a la Biblioteca de la Facultad de Odontología de la Universidad de Buenos Aires.

EL FLUOR.

También fuimos testigos de su aparición "salvadora". como todas las cosas nuevas produjo una gran controversia con todos sus matices. Nuestro mundo profesional la  salud pública mundial se dividió en fluoracionistas y antifluoracionistas. Un poco exagerado todo. Los fluoracionistas entusiastas lo presentaban como la bala mágica capaz de resolver el problema de la caries a nivel total y los antifluoracionistas negándole tal condición y propiedad y denunciando negocios y peligros para la salud humana de concretarse su aplicación masiva y en parte algo indiscriminada. Ni tanto ni tan poco. Luego las cosas se fueron decantando y todo adquirió su justa dimensión. Hoy se cuenta  con él  en dosis y formas adecuadas y mejora sensiblemente, no impide, la perspectiva de tener o no caries. Para algunos la retarda, para otros anula esa posibilidad. Si tener en cuenta, a mi criterio, que la salud humana depende en general de la condición de vida, de la nutrición, higiene, la educación. Un niño desnutrido fluorado, que no ingiere alimentos protectores, ve imposibilitada practicar hábitos higiénicos, etc, corre serios riesgos de instalar lesiones bucales graves y riesgos de vida. Y hablamos también de contar con agua potable, meta que el programa de la OMS llamado Salud para todos en el año 2000 quedó atrás e incumplido a nivel nacional y mundial.

LA ESTOMATOLOGÍA.

Cuando nombrábamos esta palabra alguna gente creía que nos referíamos a problemas estomacales. Nada más lejos de ello. La odontología tenía dos corrientes principales que marcaban la formación profesional. En su evolución primitiva muchos médicos se especializaban en todo lo referente a la técnica que a grandes rasgos he descripto e historiado y ejercían de odontólogos. Se los llamaba estomatólogos y eran muy comunes en Europa. Sin ir más lejos en España  hasta hace pocos años no había escuelas o facultades de odontología, y carecían del odontólogo moderno formado específicamente. Eran médicos especializados. De allí  en su momento la gran emigración argentina de profesionales que fueron a hacerse la España, como antes venían  a hacerse ka América los españoles, en corriente de sentido inverso. Nosotros mismos con programas específicos formábamos parte como escuela de la Facultad de Medicina, y en sus inicios se cursaban materias comunes. Con la construcción del actual complejo edificado entre las calles M.T de Alvear, Junin, Paraguay y J.E.Uriburu que tuve el privilegio de ver construir, se trasladó allí medicina, odontología y farmacia, que antes funcionaban en el actual edificio de Ciencias Económicas. Hasta que finalicé mis estudios en 1951  la biblioteca de las tres facultades seguía funcionando en económicas, con entrada por Uriburu. A ella concurría en sus tiempos y en los míos el estudiante de medicina Ernesto Guevara. Como prueba de lo que relato sobre la facultad, en ese edificio continúa funcionando la morgue judicial, con sus gabinetes y museo. Contemporáneamente con la mudanza a la nueva sede se crearon las facultades de odontología , farmacia y bioquímica. Esto sucedió para la nuestra por ley 12846 del Congreso de la Nación a iniciativa del profesor Dr Ricardo Guardo, en ese entonces presidente de la cámara de diputados. El 20 de setiembre de 1946 fué sancionada la ley, promulgada  el 21 de noviembre y publicada en el boletín  oficial el 2 de diciembre del mismo año. La anterior escuela fué creada en1891 y su primer catedrático  fué Nicasio Echepareborda e inició los cursos en 1892. Antes había dentistas, por lo general extranjeros. El primero fué un norteamericano llamado D.Pedro Bourge, habilitado oficialmente por el tribunal de medicina de Bs Aires el 21 de abril de 1852. Rodolfo Newbery también fué un dentista, padre de nuestro Jorge Newbery. Esto no quiere decir que antes de esa fecha no hubiera quien practicara atenciones y curaciones. Simplemente estoy señalando quien fue el primero habilitado oficialmente. Se le dió así a la profesión planes de estudios específicos e independientes de la medicina. No puedo dejar de mencionar cuando en aquel edificio nuevo la facultad comenzó a funcionar.Lo que era y es este edifico de 17 pisos y su equipamiento. Cada cátedra, donde se cursaban materias clínicas estaban equipadas con equipos Ritter color verde claro. Muchos de ellos poblaban cada salón donde los alumnos hacían sus  trabajos prácticos.El profesor contaba con el suyo de color blanco marfil con sillón eléctrico. Toda una maravilla para aquella época. Pero volviendo a la cuestión curricular y a pesar de la existencia de las materias clínicas entendíamos algunos profesionales componentes de toda una corriente, que la base médica recibida era insuficiente, que debía agregarse más conocimiento clínico manteniendo además toda la formación técnica-teórica-`práctica. Hay que tener en cuenta que muchas enfermedades tienen sus primeras manifestaciones a nivel bucal y de no tener una base médica suficiente pueden pasar desapercibidas,perdiéndose por falta de diagnóstico temprano la posibilidad de tratamientos o prevenciones eficaces. Todo ese conocimiento de cabeza y cuello en parte insuficiente se trató de suplirlo y así lo entendimos odontólogos, médicos y otros especialistas fundando primero la Asociación Argentina para el estudio de los tumores bucales, transformándola al poco tiempo en la Sociedad Estomatológica Argentina. No haré un listado de nombres porque caería  en injusticias y olvidos pero o puede dejar de mencionar a Jorge Viaggio, José Halpern, al profesor Pierini, David Grinspan, Miguel A Vignolo, Moisés Polak, Garfunkel, el profesor de radiología Ferro y otros grandes y lúcidos precursores. Con ellos creamos además todo un servicio en el viejo Hospital Rawson, donde funcionaba la cátedra del profesor Pierini. De allí surgieron profesionales muy especializados. Pero la evocación  se refiere a estas dos tendencias formativas. Con los años la sociedad desapareció pero su prédica no fué vana y hoy es aceptada con más predisposición  la incorporación en los planes de estudio énfasis clínicos y sociales. Usábamos casi como un sonsonete o consigna la frase" queremos una mayor base médica con contenido social".y como montescos y capuletos peleábamos como si el destino del mundo estuviera en juego. Congresos, simposiums, encuentros, publicaciones, todos eran buenos medios o campos de batalla para librar nuestras guerras incruentas. Nuestra  en parte sectaria verdad nos hacía ver con no buenos ojos la enseñanza que calificábamos cono hiper técnica, sin comprender ambas partes que se trataba de sumar, incorporar conocimiento, criterios sanitarios, técnica y así aun dotados, nos acercábamos mas a una verdad. Era el desarrollo sostenido científico técnico el que nos iba a permitir su aplicación concreta y específica en un terreno donde lo médico-sanitario-social nos proveía de herramientas fundamentales para ser utilizadas. Todo esto fué ayer. Hoy se funciona más armónicamente,, pero comprendamos  que siempre la evolución no se ha hecho sin polémicas, sin lucha, aún con fracasos. Hoy hay cátedra de estomatología incorporada a los planes formativos de los actuales profesionales. También fuimos pioneros en la introducción de la ortopedia funcional del los maxilares, creando la primera institución destinada a enseñar, investigar, difundir y aplicar esta nueva disciplina, que en principio aparecía en contraposición de la clásica ortodoncia que tanto le debía a Angle. Parecíamos un hato de extremistas calificando y descalificando ideas, disciplinas, técnicas, conocimientos. Pero también éramos jóvenes siempre en posesión de la verdad. Creíamos saber todas las respuestas y no caíamos en la cuenta que no sabíamos todas las preguntas. Hoy, como en el caso de la estomatología, la ortodoncia y la ortopedia, no la ortodoncia o la ortopedia, son ramas, métodos a veces complementarios, a veces sustitutivos, pero no excluyente y como dije ramas de un mismo árbol. Para ser justos no se suscitó una controversia tan  aguda como con el flúor o la estomatología. La profesión captó rápidamente las bondades y las limitaciones de ese nuevo método y la sangre no llegó al río. Otras instituciones florecieron , el estudio, la investigación local e internacional ampliaron sus alcances.

LA PRACTICA PRIVADA.

Estoy hablando de tiempos en que no existían por lo menos en odontología en la extensión actual los sistemas asistenciales vigentes. Por lo menos en forma prevalente. Escasas eran aquellas organizaciones que cubrieran tratamientos odontológicos y de hacerlo,estos eran limitadísimos. Pocas, según el nomenclador las prestaciones, por lo tanto el peso de la atención se asentaba en la actividad privada y una más primaria en hospitales, salas de primeros auxilios, mutuales, etc. donde principalmente se hacían extracciones. Los profesionales, en consecuencia cargábamos voluntaria o involuntariamente con el peso de la mayoría de la atención y la salud pública bucal. Luego las prepagas, las obras sociales sindicales o de otro tipo fueron adquiriendo protagonismo y una cantidad muy amplia de sistemas ganaron espacio. Aun así se  ha tardado muchos años en vencer conceptos populares basados muchas veces en hechos reales sobre la calidad de las prestaciones. Ha sido muy difícil normatizar y controlar cantidad-calidad de tratamientos reales o ficticios que todo el sistema prestacional intenta ejercer, aquí y en otras partes del mundo, a pesar de pasos, planillas, firmas del paciente, etc. Y distintos mecanismos creados por auditorías. Nos llegaban influencias de países que en la post guerra, en especial de Inglaterra, que había creado con el ascenso al poder del laborismo liderado por Clement Atlee, luego de derrotar al triunfante en la guerra el partido conservador de W. Churchill, e impusieron un programa socialista creando el seguro nacional de salud, acabando de un plumazo con la generalizada práctica privada. El estado se había hecho cargo de toda la salud. Pero nosotros fuimos evolucionando hacia esos nuevos sistemas partiendo  de la práctica privada en forma absoluta, privilegio que mantuvimos años. No afirmo si fue bueno, malo o regular. Y no es tema a desarrollar. Fué y los profesionales teníamos muchos y muy buenos ingresos. También había una  relación favorable para nosotros entre la cantidad de profesionales por habitante, muy distinta de la actual. Disponíamos de mayor cantidad de pacientes potenciales y reales por profesional. Además de vivir en una época de fuerte clase media y un interesante nivel de vida de las clases populares. Hoy por lo menos en nuestra ciudad de Bs Aires y alrededores, han proliferado cliniquitas y consultorios que hacen  publicidad con prestaciones a bajo costo. Aparecen como hongos después de la lluvia. Parecería que los negocios se hacen casi por moda. Se llenaron los barrios de casas de video, o de parrillas,o de remiserías, o de quioscos, farmacias o de cualquier otra actividad comercial. También de servicios odontológicos. No juzgo si esto, como señalé más arriba, está bien o mal. Entiendo que todo el mundo tiene derecho a sobrevivir, pero hay modos y modos y cada uno sabrá cual le cuadra. Puede o está dispuesto a practicar o hacer cosas que quizá haya jurado no hacer. La relatividad de las acciones humanas condicionadas en la vida requieren comprensión, tolerancia y a no juzgarlas apresuradamente, pero hay y debe haber límites. Si el primer fin del ejercicio profesional es el lucro, malo el camino por recorrer. Para la riqueza como objetivo , dedicarse a otra cosa. Si la fortuna o el buen pasar llega, será por añadidura, como consecuencia pero nunca como fin, porque el ejercicio se distorsiona al buscar primero el beneficio. ¡Si habremos discutido eso!. Aparecieron modas como la del consultorio empresa. Se intentó reglar los movimientos, tiempos a ganar. Limitaciones de las afables y comprensivas comunicaciones entre el profesional y el paciente. Como si uno fuera una máquina de ejecutar tratamientos y el paciente una cosa al que le colocamos o sacamos algo.

LOS CONSULTORIOS

Relaté que nuestra facultad recién instalada contaba con equipos de última generación, en cantidad suficiente para impartir enseñanza, permitir prácticas contenidas en trabajos prácticos y al mismo tiempo facilitar atención hospitalaria a través de un practicantado indispensable. Ese tipo de equipamiento impuso un modelo muy típico y clásico reproducido más allá de las distintas marcas que los fabricaban o importaban. Por supuesto que los modelos y diseños fueron evolucionando en virtud de nuevos elementos técnicos, como sucedió y sucede con todos los objetos en uso. El sillón dental  fué inventado en 1832 en Estados Unidos por James Snell. Antes se usaban sillas de cocina con un cabezal y la primera salivadera con agua corriente en 1867 oir Whitcomb, también en Estados unidos. Tener un equipo y consultorio propio era parte de nuestro sueño, y yo tuve el mío al que agregué en poco tiempo  un aparato de rayos X. Con respecto a las radiografías reflexiónese sobre la creatividad del siglo XIX Ocho meses  después que Roetgen creara los aparatos de rayos, el Dr C Edmund Kells en 1896 inventó los RX dentales. Al desconocer su peligrosidad murió víctima de tanta radiación a la que se expuso. Luego sumé el torno de alta velocidad a turbina, verdadera sensación en la época, y aire acondicionado. Piénsese estoy  hablando como poco de 50 años atrás. También incorporé desde el 1º momento horas fijas para la consulta que se cumplían rigurosamente, respetando los tiempos asignados, no acumulando esperas ni amansadoras previas. Siempre cumplí estrictamente con los horarios pactados. En aquellos tiempos no se usaban  las técnicas de cuatro manos y se consideraba como algo irrespetuoso sentarse para trabajar. Luego se cayó en lo totalmente opuesto, con otros diseños de equipos que así lo facilitan. Se consideraba un consultorio bien equipado  aquel que tenía sillón , rara vez eléctrico, todos funcionaban a pedal con uno o dos telescopios, reclinable. Una columna con platina donde depositar instrumentos. Una jeringa de agua,a veces calentable, una con aire comprimido que también podía calentarse. Un torno eléctrico. Un cauterio, un sifoncito a aire comprimido que actuaba de spray, un buen foco, una salivadera con surtidor de agua para el vaso y un eyector al vacío por circulación de agua. Una esterilizadora, un compresor y un mueble para guardar instrumentos, materiales, fichas, etc. Un lavatorio y un recipiente para residuos. Luego uno le iba agregando a medida que aparecían más instrumentos y equipamiento en función de las novedades y del tipo de atención que se brindara. Para las prácticas no se usaban guantes de goma ni barbijos. Estos comenzaron a difundirse a partir de se terrible flagelo el SIDA y hoy no se concibe atención sin ellos y sin material descartable. Debíamos ser muy rigurosos en la asepsia y la antisepsia, ya que rondaba sobre nuestras cabezas posibles cuadros de infección como hoy pero actualmente se  cuenta con una mayor batería para combatirlas. Pero la peligrosidad de vida, de enfermedades trasmisibles la bioseguridad es de estricta exigencia. Pensando y comparando estos años que nos tocó ejercer la evolución alcanzó niveles insospechados como la hará seguramente a mediano y largo plazo con incorporaciones inimaginables, con tecnología de nueva generación, con mayor confort y estética, eficiencia, durabilidad. Y deberá alcanzar cualitativa y cuantitavamente a la población necesitada de prevención, atención y curación. Se replantearán estructuras y formas. Se pretenderá extender las coberturas a todos, sin distinción de clases, de condición social, de capacidad adquisitiva y educativa. No es un sueño, una utopía sino una perspectiva cirta, mas allá de las contradicciones que aun padece el mundo en general , incluido nuestro país. Llegará es día, ese tiempo. Nuestra bella profesión está destinada a jugar un papel decisivo en  el logro de tan humana meta.

A MODO DE CONCLUSION.

Al pie de este escrito, en la referencia  a las obras consultadas agregué no es obra, las palabras de mi memoria. Al haberla aludido y apelado  a ella corrí conscientes riesgos. Un ojo especializado encontrará por allí fallas y errores. Lo lamento . En algún sentido ella me habrá resultado infiel. No ha sido por desconocimiento o ignorancia. Simplemente el paso y el peso de los años. He contado en forma simple, con intención por momentos de amenidad una para mi rica experiencia. No se si lo he logrado. Difícil es darle al texto equilibrio, atracción. Por instantes los recuerdos tocan la fibra de la emoción. Imposible evitarlo, y no creo sea necesario.Pero si lo emocional predomina, corre el riesgo de no encontrar, sobre todo cuando uno no es escritor, las expresiones adecuadas y suficientes dirigida a la sensibilidad del lector. Además el tema no es ni poético ni lírico, como para pretender imprimirle semejante  vuelo. La sensación subjetiva del lector estará más asociada  al recuerdo de un tratamiento, a una mala experiencia,que a una romántica valoración de los prohombres que crearon ciencia, posibilitaron el alivio de sus pesares, satisficieron sus necesidades y expectativas con los menores o nulos traumas y riesgos posibles. Hay además algo que no he podido o sabido o quizá querido hacer. Describir adecuadamente la época, no con los hechos y sucesos, sino como marco, paisaje, escenario, trasfondo de los avances que someramente describí. Algo esbocé al pintar en forma superficial a la facultad nueva, o como se componía un consultorio. Pero no como era Buenos Aires. Como vestíamos,comíamos, viajábamos, vivíamos. Que pasaba, la contemporaneidad de los hechos. Las épocas en general y cada época en particular. Su influencia en nosotros. Costumbres, moral, sueños, expectativas. Admás, un lector colega , si es especialista agregaría más especialidades, matices, experiencias propias. Pero así , pienso y en función de la idea original, es suficiente.

Chau y hasta la próxima.

 

Nota : todo lo terminé de pensar allá por julio del 2003. lo actualicé en cuanto a tiempos . Serán 60 años de terminar mis estudios.

Referencias consultadas.

Historia de la odontología de Malvin E Ring

Revista de la Facultad de Odontología de Bs Aires. Nº dedicado al 50 aniversario de la fundación de la facultad.

Orígenes de la odontología por Focion Febres Cordero.

Historia anecdótica de la odontología por el Dr R Arques Miarnau.

MI PROPIA MEMORIA.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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