Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 12 de octubre de 2011

458 . Descubrimiento de América.

 Neptuno004z

Fuente de Neptuno, La Granja. Segovia. España. Fotografía, de Nicolás Gargiulo.

"¿Cuantos elementos componen y forjan un destino?".

En el fondo del mar, su reino y desde él ponía especial atención a la superficie de las aguas . Dirigía su mirada a controlar embarcaciones que las surcaban en distintas direcciones. Le llamó la atención que la silueta de tres cascos aparecieran dirigiéndose a un rumbo infrecuente. Ya otras, más al norte pero de menor tamaño, largo tiempo atrás lo habían hecho. De la magnitud de estas, su porte, su lentitud, proverbiales. En su primera reacción pensó con ira que alguien se atrevía a violar desaprensivamente sus dominios. Envió a delfines y tritones para que observaran en superficie de que se trataba y quienes eran esos intrusos. Informado de la presencia de tres naves  lentas que navegaban hacia el oeste se propuso probar si la tripulación era suficientemente marinera ordenándole a las sirenas ejercieran su seducción, pero regresaron mustias porque ni siquiera habían sido vistas. Se le indicó a la serpiente marina hiciera su aparición, mas luego, reflexionando dio contraorden. Presentía que esas tres naves podían cambiar el curso de la historia.Contuvo a toda su corte impaciente por hacerse ver y ejercer sus poderes. Neptuno siguió muy atentamente el curso de esa expedición. Se propuso protegerlos, al extremo decidió frenar tempestades. Cuando consideró  que la travesía se había prolongado demasiado, supuso angustia, desesperación y hasta conatos de rebelión asomarían en esos hombres. Los dejó llegar al límite. Puso a prueba al que mandaba. Luego, casi con benevolencia sembró en la superficie de las aguas pequeñas señales terrestres. Ramas, hojas, resacas desprendidas de una costa virgen, ignorada en plenitud en ese momento. Alguna ave se sumó a esos indicios. Oyó la voz humana de alguien que gritó ¡tierra!. Percibió  con la claridad de un semidiós el significado de esa palabra. Lo que comenzaba, con su gloria y sus tragedias. Se abrían las puertas del descubrimiento y la conquista. Pueblos poderosos y pueblos sometidos, aniquilados. Riquezas saqueadas. Neptuno comprendió, se sintió impotente para desviar el curso de esa historia. Se recluyó en su reino del que no dio más señales de vida. Nada de sus monstruos y demás componentes de su corte. Si se reservó, lo sigue haciendo el poder para desatar tempestades, provocar tormentas. Eso sí, al almirante le permitió llegar a su destino.

Chau y hasta la próxima.

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