Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 19 de octubre de 2011

460. Mi gata.

gata tricolor

 "Los chinos ven la hora en los ojos de los gatos"  Baudelaire.
Era la primera vez que tenía un gato.Tiempo atrás ellos,durante mi infancia eran objeto de curiosidad y persecusión, ya que invadían nuestro jardín para cazar los peces de colores de un hermoso estanque que lo adornaba. Pero llegó ella en mi juventud. No sé de donde apareció, como suelen hacerlo estos felinos.Vienen de un mundo desconocido,misterioso, a despecho de esos otros que son el resultado de regalos como consecuencias de múltiples nacimientos con la consabida repartija. Eso sí, en demostración palpable de un egoísmo completo, se instaló en mi casa conservando su absoluta independencia. Los arrumacos indispensables, la  cola parada, el tradicional ronroneo. Todas demostraciones interesadas por comida o vaya uno a saber que pretendía. Grácil, de pata finitas, cuerpo menudo, pelaje de tres colores. Blanco, marrón amarillento y negro. Tres colores distintivos de su sexo. No hay machos así. Solamente las hembras los llevan. Ejerció su libertad, su instinto, su capacidad reproductiva a plenitud. Cada ciclo lo cumplía  con precisión matemática. Ostentaba su atracción, ponía en juego toda su excitación en gritos, maullidos, revuelcos ante los ojos desorbitados de los machos. A ellos se entregaba con placer salvaje en apareamientos épicos. Era de admirar verla trepar, hacer equilibrio por lugares muy difíciles, con su pancita sobresaliendo de su estilizada silueta. Hasta parir, comerse las placentas, lavar las crías, amamantarlas. Nuestras crueles manos se las arrebataban para regalarlas o ahogarlas. Ella , después de una búsqueda lastimera, recomenzaba sus ciclos reproductivos. Todo lo que aquí cuento no es más que una pequeña historia común sobre una gata. Con variantes cualquiera que haya tenido una no operada verá en esto que cuento un espejo de su propia experiencia. Esto no es más que un vulgar camino para arribar a alguna apreciación. La gata, esa por lo menos fué para mí un animal muy especial con características comunes a los de su especie, pero con personalidad, si así puede decirse muy propias. Admiré gracilidad y belleza de líneas estilizadas con apariencia de una fragilidad ocultadora de una fortaleza insospechada. La ví enfrentar perros, defender su cría con una ferocidad de tigresa. Ocupar su espacio cuidándolo con admirable celo sin ceder un centímetro. Parir con dulzura y maternidad de asombro. Reproducirse con un salvajismo ,pasión, rayano en la desesperación. Como dije, se rodeaba de un erotismo inigualable. El instinto le brotaba como una sinfonía.  Nos usó siempre, jamás se dejó usar. Le contabilicé haber parido no menos de 80 gatitos. Hasta que un día se esfumó. Desapareció como apareció. Rodeada de misterio. Supuse estaría muerta en algún baldío o quien sabe donde. Fué una suposición. No intenté verificarla ni buscarla. Dejó su huella, su impronta en mi memoria. En acumulación de recuerdos, la gata, mi gata ocupó un lugar muy lejano, casi olvidado, pero cada tanto también muy misteriosamente, reaparece.


Chau y hasta la próxima.

No hay comentarios: