Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Nº 478. Verano. Rapados.

Corazón

Llegaba el verano. El colegio había terminado y con su fin para nuestra infancia un cambio de hábitos, no de costumbres, ya que ellas se repetían año tras año.Por supuesto la vestimenta cada vez más liviana y somera, forma de hacer frente con medios simples a las altas temperaturas que se avecinaban. Alguna vez he relatado como en el siglo pasado, abarco en especial la década del 30, coincidente con mi infancia.(soy el Veji de la foto). Se usaban pantallas, abanicos, ventiladores. Para mitigar la sed algunas bebidas especiales. También se combatían a los mosquitos con métodos más naturales como el mosquitero. Aparecieron  de gran novedad los espirales. Los chicos, mi hermano y yo sufríamos una metamorfosis. Se nos cambiaba el calzado por sandalias, cosa que no nos gustaba nada porque nos parecían cosas de nenas. Pero lo más importante era que nos rapaban. Nos pasaban la máquina al ras y nos quedábamos lastimosamente pelados. Pasados los primeros momentos aceptábamos con resignación nuestra, para nosotros, mácula. Rapada cruel fué la que sufrí en el servicio militar con un pelador sádico.

A que vienen estos recuerdos que despertaron en mí nostalgias.Cayó en mis manos un ejemplar que en su momento compré por encargo de mi hermano. Ya muerto, sus hijos me lo regalaron con una bella carta puesta entre sus hojas cuando se lo remití. Me refiero al libro Corazón de E.de Amicis. Texto de infancia, de consulta escolar. En él leo cuando llega el verano, estación que evoco y hoy se inicia, finalizaban las clases y los niños concurrían sin sus rulos, sus cabelleras,todos rigurosamente rapados y me dije, esta es la clave, a mi hermano y a mi nos rapaban en la misma estación, siguiendo, lo digo hoy en mi ancianidad una hermosa costumbre italiana. Mi madre lo era y mi padre aunque argentino también del mismo origen. Fué una etapa que hoy al recordarla  me resulta inolvidable, como te habrás dado cuenta. Seguro tendrás tus hermosas evocaciones.

Chau y hasta la próxima.

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