Mas bien auto-promesas. Siempre hacemos lo mismo. Nos proponemos enmendar errores apelando a nuestra experiencia y con gran decisión y voluntad emprendemos un camino muy corto en su trayecto. Rectificar, corregir.Este año... Por momentos imaginamos ser una persona diferente, modelada con la arcilla de los sueños. Ilusión vana porque con el transcurrir del tiempo comprobamos somos siempre los mismos, para bien o para mal.Yo creo que este ejercicio fallido puede llenarnos de culpa o no. No pretendo darle a mis palabras un sentido pesimista, todo lo contrario. Entramos en el 2012. Cuando era chico soñaba llegar al 2000. Este me sorprendió en España. Ambicioné otra meta, el bicentenario del 25 de mayo de 1810. Participé de ese acontecimiento tan anhelado viéndolo por TV mientras estaba internado, con la escarapela prendida a mi ropa de cama.Me parece que el bicentenario del 9 de julio de 1816 será una meta demasiado ambiciosa, pero la vida dirá.
Pero volvamos a lo nuestro. Esta media noche brindaremos, recordaremos, añoraremos y además de expresarnos los mejores augurios dirigiremos a nuestro yo haciéndonos las consabidas promesas. ¡Feliz Año Nuevo!.
Chau y hasta la próxima.
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario