Nº 865 Monólogo interior.

Idiota. No soy otra cosa que una perfecta idiota.¿Para qué quiero la conciencia?¿De qué me ha servido? Desde jovencita me enseñaron la importancia y el significado del éxito.Y yo interpreté que éxito es triunfar a cualquier precio.Pero cada  vez que lo lograba una voz interior me gritaba no, y un gusto amargo en la boca, un nudo en el estómago se apoderaban de mi.¡Así no se actúa!.¿Por qué mentir,? ¡No hacer trampas!. Quise ser la primera en el colegio.Después comprendí que no siempre el conseguirlo era lo más importante.

Cuando me dieron la medalla de honor, terminado el curso de periodismo, sí me sentí orgullosa.Honor, una rara palabra poco práctica. Después la vida, qué difícil.

Resistí, resistí siempre, hasta lo imposible. Tengo talento me dije una y mil veces con los dientes apretados. Debo triunfar por lo que valgo, no por las concesiones que le hago a las circunstancias, y a mí misma. ¿Para qué?. Maldito el momento que caí en la tentación de triunfar sin tener en cuenta los métodos. Pero ahora maldigo más aún el instante que me arrepentí.¿De qué me ha servido?.

Han premiado a otra. Para ella la gloria. Para mi el fracaso.Todo fue inútil.Mi rival usó las mismas armas a las que yo renuncié. ¿Donde está la verdad?.¿Cual es la conducta?.Siento asco de mí misma, de los demás. Me seguiré repitiendo hasta el cansancio: idiota, idiota, idiota. Seré siempre la misma idiota.

Bendita sea.