229 Propter vitam, vivendi perdere causas.

  (por amor a la vida acabar perdiendo las razones de vivir).

"Aquellos que no pueden aprender lecciones de 3000 años solo viven el día a día" Goethe.

Al leer ese proverbio latino en un muy recomendable libro del filósofo italiano Gianni Vattimo titulado Ecce Comu me pareció porque su texto me indujo a pensarlo, a reflexionar y preguntarme sobre aspectos del significado de la vida. Ya sé que en distintos Ufa lo he hecho, pero ella tiene tantas facetas, es rica en sí misma día a día a poco que fijemos nuestra atención y reflexión,  ella nos brinda ejemplos, experiencias. Y esta idea de por amarla se corre el riesgo de perder razones para vivirla abre un abanico de cuestiones e interrogantes para cada uno de nosotros. Por supuesto un breve análisis deja en el tintero motivos, motivos y motivos para enriquecerla y justificarla. Coincidiendo con el filósofo citado mencionaré algunas de ellas. Vivir y aún morir por una causa noble generará la duda. ¿Cómo se califica una causa noble subjetiva y objetivamente?. Porque lo será pongamos un ejemplo para un revolucionario, pero no lo será para él o los destinatarios de su acción. La verdad apodíctica para uno será lo opuesto para el otro y si a esta idea incorporamos el principio de que no hay hechos sino interpretaciones, y que esta afirmación también lo es, caeremos indefectiblemente en un posible relativismo, y a mi juicio no está mal. Otro ejemplo de la contradicción podría ser por una causa religiosa, pero también rozará o será directamente lo opuesto para sus víctimas de todo tipo, sea por divergencia, por pérdida de libertad o de vida. Donde más contundencia presenta la idea de propter vitam... es en el examen de la vida cotidiana. En mi Ufa llamado Rebelión aludí bastante a ella en cuanto a su vacuidad y al uso del tiempo. Definió Adorno en referencia al mercado mediático como "la fantasmagoría de la mercadería", con absoluta razón. Esos parámetros que nos rigen, condicionan, alienan nos hacen vivir de determinada manera en exaltación de un individualismo insolidario, por momentos humanamente sensiblero, en general envuelto o enrolado en consumismo conciente o inconciente. El hedonismo, la estupidez también conmueven el andamiaje de esa "razón de vivir", por las estructuras, sistemas, condiciones y estilos impuestos. Hoy con seguridad en examen crítico hallaremos otras causas, otras razones que justificarán tal aserto, porque insisto, no es lo actual, aunque pueda juzgárselo más exagerado, más masivo, más abarcativo; siempre al hombre se le ha planteado el dilema del porqué y para qué vivir. Lo confirma el título, antiguo proverbio latino.

Más es indudable la presencia de causas y efectos evitables, muchas de ellas superadas por la ciencia y la tecnología en relación con la vida y la aparición de otros o algunos insospechados, fruto también de esa misma ciencia y tecnología aplicadas. A la vida se la puede vivir y perder por contaminación, tránsito, o por todas las causas enumerables en una humanidad y un sociedad injusta, arbitraria, ciega que condena  a millones y millones de  personas al sufrimiento, a privaciones horrorosas, subsanables, totalmente evitables. Pero eso no es así por ahora. Quizá estas palabras, esbozos de pensamientos, posibles inmaduras e incompletas reflexiones se complementan o aumentan su comprensión  con una corta transcripción del mismo Vattimo: "construir un mundo en el que todos pueden elegir con plena libertad el valor, el Dios en nombre del cual vivir la vida e incluso sacrificarla, podría ser en realidad el ideal en virtud del cual escapar de la vida y muerte estúpida a la que nos arriesgamos a ser condenados."

Chau y hasta la próxima