Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 12 de agosto de 2009

232 Crimen en la escuela

En el pizarrón del aula preparada para el inicio de la jornada escolar comenzaron a aparecer inscripciones amenazantes destinadas a ninguna persona en especial. Con letra variada, unas veces redondilla, otras estilo inglés, no faltaron las frases con letra de imprenta. Naturalmente todas hechas con tiza blanca. Esas palabras parecían sangrar de antemano. Con la preocupación que ellas sembraban el portero, antes de comenzar las clases las borraba minuciosamente. En el establecimiento lo que primero fué tomado como una broma de mal gusto luego, ante su sistemática repetición la impotencia de dar con el autor produjo una verdadera movilización, la consiguiente vigilancia, el parte a las autoridades policiales.Todas las aulas y pizarrones discretamente vigiladas, luego ostensiblemente vigiladas. Nada, siempre algún pizarrón aparecía con la consabida frase. Con distintos textos igual tenor de amenazante. La situación tuvo un giro de mayor gravedad cuando comenzó a establecer plazos, a señalar la inminencia del crimen. La vigilancia se redobló. Plazo acotado, plazo inminente. Fin del plazo. El portero apareció muerto con la garganta atravesada por un instrumento punzante. Arma extraña, casi tosca a juzgar por el tipo de herida. Nadie vio nada, nadie oyó nada. En una de las aulas, borrador en mano yacía sentado en el suelo sentado sobre un charco de sangre, con la espalda apoyada en la pared, debajo del pizarrón. Se dedujo habría estado de espaldas borrando esa maldita frase cuando sorprendido por el asesino se dió vuelta y allí mismo asesinado. Casi en acto similar al de atravesar una mariposa con un alfiler para guardarla en alguna colección. La frase casi totalmente borrada antes de la muerte dejaba entrever en ejercicio deductivo, adivinatorio que el plazo se cumpliría indefectiblemente ese día. Letras blancas con mezcla de todos los estilos usados hasta ese momento. Del asesino, ni rastros, ningún indicio que lo delatara. La impotencia, el desconcierto eran tales dada la absoluta falta de testigos que ya inmersos en la desorientación comenzaron a interrogar a los cuadros de los próceres. San Martín permaneció mudo en su clásica pose sobre el caballo blanco..Sarmiento con su hosca mirada no movió una pestaña. Ni que decir de Belgrano en aquel famoso retrato  sentado, piernas cruzadas, pantalón blanco, botas oscuras. Alguna lámina inmutable. Un mapa fué sometido a un habil interrogatorio del que surgieron ríos, montañas y algunos perfiles de países. Todos testigos mudos de lo sucedido. Se intentó deducir causas, se pensó en la hija del portero bella y seria muchacha. Causa descartada. Devino la investigación en suponer la obra de un maníaco serial con poderes rayanos en lo mágico, teniendo en cuenta el proceso previo al asesinato, la impunidad, el éxito. Pero en la búsqueda del arma esta por fin fué hallada, guardada cuidadosamente en un depósito de objetos escolares que tenía la cooperadora. Se trataba de un viejo puntero de madera,y junto con él otros elementos de uso escolar. Tenía sutiles manchas de sangre. Utilizado cual lanza de allí las características de la herida mortal. Esos otros elementos todos juntos eran una tiza casi terminada, una caja de útiles de madera, un secaplumas. Vista la imposibilidad real de descubrir al asesino, desentrañar sus motivos, el crimen lentamente como tantos otros en la historia de la criminología cayó en el olvido, entró en la categoría de misterio no revelado. Así fué, así quedó impune para siempre.

Aquellos elementos usados por el criminal o que lo acompañaron, que supieron su identidad también sufrieron esa simultánea condena del olvido, del ostracismo en el recuerdo. El puntero en parte despuntado como para quitarle peligrosidad fué cayendo en desuso. La caja de útiles de madera, reemplazada por cartucheras y luego con el plástico por estuches. Sin la gracia y el encanto de aquellas, algunas orgullosas de ser en lugar de un piso con dos y hasta tres.El borrador gastado y sin fieltro. El secaplumas que las madres confeccionaban con tela gruesa, oscura , algunos de forma redonda, otros cuadrados o rectangulares en , cual postre en el centro un botón adorno. No se lo necesitó más. Nuevas formas de escritura reemplazaron los tinteros, las lapiceras con su pluma cucharita de necesaria limpieza antes de guardarlas después de haberlas mojado repetidas veces en el tintero blanco insertado en el agujero del pupitre cargado con tinta azul. La tiza volvió a ser polvo, casi como el destino de un ser vivo. Y así terminó esta historia de un crimen sin causa ni motivo, sin asesino atrapado. Puro misterio. Facil contarla cuando no hay trama desentrañada, cuando no aparece solución alguna.

Si uno lo piensa bien,lo único verdadero de todo esto ha sido el destino del puntero, la caja de útles, la tiza, el secaplumas y quizá algún otro elemento utilizado en aquel período escolar, no olvidado ni borrado de la memoria... por ahora.

Chau y hasta la próxima.

3 comentarios:

coto dijo...

La rebelión de los olvidados...si uno está atento,de vez en cuando aparecen casos similares;no en la acción,pero sí en el fin.

calendars dijo...

Thanks for this post.

Numerology Meanings dijo...

Seems like a plot of a suburban high school movie.