Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

sábado, 20 de marzo de 2010

294 Otoño

 

P1110463

Foto: Río Eresma, Juanca Gargiulo

"Los bienes espirituales son  los únicos que crecen con el reparto"  Victoria Ocampo.

Privilegio de reencontrarlo, de haber superado el año que media entre el anterior y el nuevo. Los días han discurrido y en memoria retrospectiva, no siempre han quedado registrados. Otra vez la estación es parte del preludio para el invierno, en totalidad sinfonía con partitura propia.. En su pentagrama pájaros notas, flores corcheas, semicorcheas; hojas con sonido propio al ser agitadas por el viento, desprendidas, pisadas emitiendo sonidos o ruidos armoniosos. Bajo nuestra planta gimen brindándonos placer al oírlas quejarse, romperse. Nosotros transitando senderos cubiertos de hojarasca, transportándonos a un mundo natural, en disfrute íntimo. La lluvia en concierto paralelo o simultáneo recorriendo escalas musicales. Haciendo sonar instrumentos de viento transformados de agua. Gárgolas, canaletas, caños, desagües. Ejerciendo deliciosa percusión en chapas, vidrios, objetos, casas, calles, tierra. Juntos conforman una verdadera pastoral. La brisa, por momentos fresca o fría se mezcla a ratos con otras más tibias, más cálidas en estertor de un verano pasado. Nos susurra al oido los sonidos de una naturaleza que con sueño se va adormeciendo, dispuesta a dormirse. Pero el cielo, el sol también hacen de las suyas. De límpido y espléndido a opaco, nuboso, amenazante, contradictorio. Y él brillando sin furia, con benevolencia, casi con picardía. A ratos engañándonos, por instantes predispuesto al castigo y despertarnos así deseos y ansias para que brille con firmeza cuando el invierno nos atrape. Se retaceará, se mostrará menos, le dará más paso a la noche. Ella irá ganando nuestro tiempo. Nos envolverá en sus misterios, en su hechizo.

Mencioné nuestro tiempo. Sí, el propio, ese que se nos escurre de las manos inevitablemente. Pasa, somos privilegiados testigos-partícipes del cambio de cada estación. Ahora regresa el otoño. Bienvenido, gracias por llegar. Nos dice, demuestra una vez más que es parte de nuestra vida, de la vida.

Chau y hasta la próxima.

No hay comentarios: