333. Cronopio.

 

"La creación humana tiene insondables vericuetos´.

Palabra imaginada e inventada por Julio Cortázar. Como podrás comprobar en cualquier consulta le sirvió  para caracterizar y clasificar a los ingenuos, idealistas, desordenados y sensibles, poco convencionales. De los que él llamó famas, rígidos, organizados, sentenciosos  además de los esperanzas, estos simples, indecentes, ignorantes y aburridos. A los cronopios los definió verdes y  húmedos.

Teniendo así al cronopio solo nos resta imaginarlo e incorporarlo, si lo deseamos a nuestra vida espiritual y afectiva. Yo con mi imaginación  bastante oxidada trato  por momentos ubicarlo en mis sueños volitivos, sin pretensión de ser uno de ellos. Trabajé denodadamente para pensarme en encarnarlo antes de esa pretensión mas luego comprendí sería un acto de modesta arrogancia. Supuse  si lograba esa categoría llamémosla física y psicológica en simultaneidad conseguiría ser verde y húmedo. Más no me fué posible y además decidí abandonar la idea. Pero seguí creyendo en la posibilidad de ver a otros. Fijate en la ilustración. Verás una bicicleta. Está fija, pensala en movimiento.¿montada por quíen?. Por un cronopio. Adjudicale el que quieras o se te ocurra y será absolutamente válido. Ya tenés tu cronopio. ciclista. Te preguntarás que importancia tiene todo esto. Pues ninguna o superlativo. El ejercicio del sueño, de la imaginación es uno de nuestros grandes priviliegios que nos producen placer en la divagación,a veces en la creación absurda, en la ensoñación. Es innegable su valor y de ellos acuñamos creatividad acompañados por  una satisfacción productiva. Bien, al no poder ser yo un cronopio no dejé de intentar descubrirlo en mi vida cotidiana. A incorporarlos a ella cual duendes escondidos dispuestos a mostrarse de forma inesperada. Más de una vez me autoconvencí  que sí, que los hábía visto aunque no fuera cierto, engáñándome con alegría. Así lo subí a la bicicleta.

No hace mucho supuse a uno debajo de mi cama. No quise ni asomarme para descubrirlo. Allí lo situé, lo sentí moverse, hasta  me pareció por momentos escucharle recitar hermosas poesías casi jugando el papel de ser mi propia musa. susurrándome al oido una inspiración negada. Supuse me acompañaría indefinidamente.Estaba tranquilo y satisfecho con mi supuesto cronopio. Mas algo insólito sucedió, una caricatura inesperada propia de esta historia. La señora de la limpieza pasó la aspiradora  debajo de mi cama. Me extrañó que en días sucesivos mi cronopio no diera señal alguna.Mi pobre realidad se mostraba con toda su crudeza.. Hasta revisé infantil e ingenuamente la bolsa de la máquina, por supuesto sin éxito alguno.

Hoy intento, hasta el momento con total fracaso poder imaginarlo de nuevo, recrearlo, disfrutarlo como antes. Me costará mucho hacerlo con las limitaciones que arrastro darle nuevos motivos a mis sueños para seguir sobreviviendo con ellos.

Chau y hasta la próxima