Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 8 de septiembre de 2010

343 MAMMA.

 

ilustración: Juanca Gargiulo 1981 

 

Dispuesto a continuar escribiendo su diario, lo tomó entre sus manos y al dar vuelta a esas páginas recordó las vicisitudes pasadas en todos esos años. Aceptó una vez más , resignada y tristemente que había nacido para sufrir.

Cada hito de su dolor, de sus padecimientos quedaron registrados en esas hojas con letra cambiante. Al principio infantil, redonda, llena de vacilaciones. De palabras simples, como balbuceantes y oraciones cortas. Con el transcurso del tiempo, la vida, su estilo evolucionó mostrando en cada hecho desgarrador el fiel reflejo de un alma torturada, colocada al borde o dentro de un terrible abismo.

Hoy papá se fué de casa. Mamá llora mucho.

Qué linda es mi mamá. La muñeca y mi mamá son iguales.

Mamá quiere más a la muñeca que a mí. La odio. La odio.

Hoy estuve jugando arriba de la cama.y a la muñeca le retorcí los brazos. Mamá me pegó.

Mamá ya no llora. Hoy salió pintada como la muñeca. Volvió tarde. Yo me desquité con la muñeca y la estrujé toda. Después la coloqué en el mismo lugar y la misma posición. Mamá se dio cuenta porque dejé la cama desordenada. Me volvió a pegar.

Hoy domingo mamá  me mandó a la casa de la abuela. Me dijo que tenía que limpiar y la molestaba. Que un chico tiene que jugar con otros chicos y no con muñecas.

A la tarde la abuela me dejó en la puerta de casa y yo subí los tres pisos corriendo. Mamá se sorprendió al verme llegar más temprano. En el departamento había olor a papá pero diferente. La cama estaba revuelta y la muñeca sobre la cómoda. A mamá le brillaban los ojos.

Otra vez hoy es domingo.  Llegó una amiga de ´mamá. Hablaron, rieron, fumaron, tomaron unas copas. Ultimamente mamá fuma y toma mucho. Me llevaron a un cine bien temprano, donde daban tres películas.La abuela le dijo a mamá que no  me llevara más los días feriados y se pelearon. Me dijeron que me irían a buscar. Esperé hasta tarde. Vino un hombre cuando yo lloraba en la boletería, aburrido y asustado de tanto esperar. Me dijo que mamá no se sentía bien. MENTIRAS. Cuando llegamos a casa mamá estaba muy contenta jugando a los dados con la amiga y otro señor. Con el cigarrillo en la boca me lanzó una mirada que yo  entendí inmediatamente. Saludé y me fuí a mi cuarto. Vi la cama de ella muy desordenada y la muñeca tirada en un  rincón con las piernitas abiertas, los ojos grandes mirando al techo fijamente. Inmóvil. Le pegué una patada en el cuerpo con odio. Al rodar dijo mammmá, como cada vez que la movía. No , esa palabra era mía. Solamente yo podía decirla. Estuve a punto de destrozarla.

No te acostarás más conmigo. Has crecido y los hombrecitos no deben dormir con su mamá. Sufrí horriblemente. Ya no podría levantarme de noche y dormir junto a ella. Como lo hice tantas veces desde que papá se fué. Cuando la oía llorar. No volveré a disfrutar de la tibieza de su cama. Aunque ahora su perfume es más agrio, fuerte. Por momentos dulzón y repulsivo. Sobre todo desde que la visitan esa amiga y esos amigos. Y yo me tengo que ir al cine.

Este sábado me enfermé.

Hoy domingo llegó la amiga temprano. Las oí cuchichear en la cocina.

Mamá se negó en voz alta.

No y no. Suspendamos las citas. Se va a dar cuenta.

No te preocupes. Cerramos bien la puerta, ponemos la radio más fuerte y tratamos de no hacer mucho ruido. Les diremos a ellos que se comporten con discreción. Además. ¿De donde te sale esa preocupación?. ¿Acaso  cuando la vez pasada volvió del cine, no estábamos todos reunidos y vos bastante mareada?.¿ No lo mandaste a buscar por ese tipo?. ¿Acaso te sobra la plata?. Lo oí todo. El timbrazo. La puerta que se abría. Las risitas contenidas. El ruido al destapar botellas. Algún beso sonoro y la muñeca que dijo mammmá cuando la sacaron de arriba de la cama.

Tenías razón mamá. Me dí cuenta de todo. Vomité.

Hoy maduré de golpe. Comprendí porque papá se fué. Porqué te golpeó. Porqué te dijo esas cosas tan horribles. Y me sentí hombre. Y los odié a todos. Y también tuve deseos.

Hoy me acerqué a la muñeca. Ensayé en su mejilla fría, de porcelana un primer beso., diferente a los que te dí siempre. A los que le doy a la abuela. Sentí curiosidad. Excitación. Sin quererlo la rocé con mis labios dulcemente. Luego me deslicé hacia esa boca entreabierta donde se veían unos dientecitos muy blancos. Esa boca que tantas veces me tentó. La besé locamente y al moverla en mi pasión,a l tenerla entre mis manos, sentí que penetraba en mi garganta, en mi alma, que hacía vibrar todo mi ser, esa odiosa palabra mammmá. Huí del cuarto despavorido.

Hoy le saqué la blusita de organdí, pero su pecho es plano. Le levanté la pollerita y solo encontré entre sus piernitas una porcelana lisa. Sin nalgas ni nada. Me sentí irritado, defraudado.

En mis sueños he comenzado a confundirlas. Mamá, muñeca. Muñeca, mamá. Ella con tu perfume, tu tibieza. Vos con su frialdad. Su cuerpo sin redondeces. La mirada fría.

He tenido una espantosa pesadilla. Soñé que esa boca se abría agrandada y que yo era devorado por ella. Caía en un pozo oscuro, negro, profundo hasta que de pronto llegaba a un lugar iluminado. Una habitación igual a al tuya y allí estabas tirada en la cama entre almohadones, como la muñeca y me gritabas "yo soy quien le hace decir a ella la palabra mammmá".

Crecí sin que te dieras cuenta. No parecías comprender nada. Ni percibir lo que yo sabía sobre tu vida. Sobre la vida que llevabas. Lo entendiste el día que me fuí. Despertaste de golpe, asombrada. Cuando me paré frente a las dos ella me observaba con su mirada fija, sus ojos celestes de vidrio. Vos igual que ella pero con los ojos húmedos. Hacía tiempo que habías dejado de ser una muñeca. Tiemblo cuando recuerdo que les grité al despedirme. "No puedo seguir viviendo en esta casa de putas"

Hasta que un día regresé. Impulsado por no sé qué extraño presentimiento. Corrí ansioso hasta casa. todavía recuerdo aquella aglomeración y tu  silueta dibujada con tiza en la vereda, al pie de nuestro balcón. Era una silueta grotesca, desparramada, más aplastada si cabía de lo que quedó tu cuerpo. Todavía están las manchas de tu sangre allí impresas. Sé que corrí hasta el departamento enceguecido. Que trepé velozmente por las escaleras, esos malditos tres pisos y entré violentamente en tu habitación. Allí estaba ella, sobre la cama, entre almohadones. Mirando la nada. En cuanto la alcé pronunció nuevamente esa odiosa palabra mammmá.

Creí oir al arrojarla al vacío un desgarrador grito de espanto surgido de esa boca entreabierta, donde se veían dos dientecitos blancos. Allí quedó dentro de tu silueta delineada en el piso la de ella. Exactamente en la misma posición. Con la cabeza hecha añicos. Como si el dibujo de tu cuerpo en el suelo se hubiera contraído a límites pequeñísimos pero iguales. Desde aquel día las sigo buscando.

He amado mujeres en forma alocada, desenfrenada, sin resultado. Una vez entré en un burdel y escapé despavorido, llorando. Todas las prostitutas se les parecían. Pero en copias grotescas. Caricaturas de ustedes dos. Ahora en mi desesperación he publicado este aviso"Compro muñecas de boca cerrada,cabeza de porcelana, cuerpo articulado"

Con la BOCA BIEN CERRADA. Sí con la BOCA bien cerrada. Para que no se le vean esos dos dientecitos blancos.  Para que cuando la bese no me devore. Para que no gima cuando se acuesta con hombres mientras su hijo llora en el cuarto de al lado. Para que no grite si vuelvo a arrojarla por el balcón.

La quiero fría, estatuaria, muda. Y por sobre todas las cosas para que al moverla no vuelva a decir mammmá. Tengo la secreta esperanza que por este medio la encontraré.  Hallaré nuevamente a esa odiada , a esa amada muñeca.

Tengo la secreta esperanza de volver a encontrarte, mamá.

Chau y hasta la próxima.

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