Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 22 de septiembre de 2010

347 El lunes que fue jueves.

Adán y Eva por Gustavo Doré, para el Paraíso Perdido de Milton.

Sucedió en los tiempos del Edén. Dios había hecho todas sus recomendaciones y advertencias. Nuestros padres obedecían a rajatabla  pero en ellos un gusanito , forma diminuta pero de distinta especie  de la temida serpiente, se había metido en sus mentes. La vida fácil, cierta monotonía, la ausencia de alicientes para sobrevivir los iba sumiendo en cierto hastío. Por fruslerías discutían. El resto de las vidas que formaban el Paraíso,aunque carentes de alma, razón, pensamiento, por momentos los animales en aparente oculto instinto que pugnaba por aflorar   conseguían con evidentes dificultades aceptar alimentarse de frutos vegetales, en especial las futuras fieras. Ni que decir de los árboles , plantas, en constante producción para abastecer una creciente demanda. En toda esta situación había alguien, la serpiente dispuesta a sacar  partido para sus fines. Verdad que no se podría confundir con el gusanito pero este último era una simple metáfora superando la ignorancia de todos. Dios seguro en contemplación permanente se distrajo en algún momento ,quizá por su satisfacción en la tarea cumplida. Importante tener en cuenta para lo que luego sucederá que el 1º día según el Génesis creó los cielos y la tierra, el día y la noche. En el 2º separó las aguas de los cielos y la tierra. El 3º creó las plantas , árboles etc. En el 4º lumbres en los cielos y la tierra para los días y las noches, las estaciones, los días, los años. En el 5º pobló los mares , los cielos, la tierra. El 6º creó al hombre y a la mujer y el 7º descansó. Sin nombre tenemos todos los días de la semana. Terminada toda su tarea y el correspondiente descanso o quizá con ´la intención de poner a prueba a los habitantes del Edén miró para otro lado, como conté se distrajo. Cierto que había insuflado en Eva características propias de la femineidad desarrollada luego en sus descendientes. Cambiaba permanentemente de hoja taparrabos pensando qué color y forma le quedaba mejor, y si bien disponía de una variedad casi infinita de ellas, ya nada la conformaba en su afán por crearse su propia moda. Distinto era Adán. Su hoja si bien lo cubría más o menos y por momentos no le servía de mucho, ese aditamento lo tenía sin cuidado ya que carecía de vergüenza. En cambio iba sintiendo deseos de divertirse pescando,de cazar algún animalito, cocinarlo a las brasas.  La astuta serpiente aprovechó como sabemos el momento, hizo lo suyo, indujo con éxito a Eva a morder la manzana y el resto es historia sabida.

Ahora veamos. La humanidad en su evolución y sabiduría fué organizando su tiempo midiéndolo. De allí los aparatos como relojes u otros artilugios.  Los almanaques en variadas formas registraron los días, los meses, los años. En las semanas a cada día se le puso un nombre. El lunes fué categorizado como el iniciador pero a él también se lo utilizó y utiliza como el punto de partida, de arranque para distintos propósitos. El lunes se inicia una postergada dieta, se arranca como el principio de variadas decisiones. Pero en el tiempo del pecado original no se conocía esa división semanal y menos aún sus nombres. Adán y Eva creados lo que hoy sería un sábado vivían en total ignorancia sobre este y otros temas. Cuando sucumbieron a la  tentación en su interior hicieron como hoy y aunque la historia sagrada no lo revela, ellos también acordaron pecar en una jornada determinada. Ellos pensaron cambiaría su vida. Si hubieran sido contemporáneos habrían decidido pecar el lunes. Y en realidad así lo hicieron, pero hoy se habría caído en la cuenta que ese lunes en realidad correspondía a un jueves. Incurrieron en doble error, pecar y equivocarse de día.

Chau y hasta la próxima.

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