Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

domingo, 29 de abril de 2012

Extra nº 47 Esclavos apresurados.

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“No puede permitirse la estupidez humana y esperar que esto no traiga consecuencias" Carlos Granés.

Los principios de torbellino de esta sociedad , el condicionamiento que ello presupone hace de las personas esclavos apresurados. Lo son por distintos factores, transformados en verdaderas bestias de carga, física o virtual de la estupidez., a la que los lleva un irracional consumismo, la utilización de la tecnología con su dependencia al margen de su portentosa presencia, mal administrada en la vida cotidiana. Las condiciones actuales de crisis y la reversión de las conquistas sociales, la super explotación que avanza dentro de la más cruda cara del capitalismo. Abruman con información deformativa que responde a los intereses dominantes. Bombardeados por ella quedan pegados a titulares o sensacionalismos que inducen a lo peor en  la interpretación,opinión frívola, condenas sin el menor asidero. Se corre, se vive pendiente de un tiempo en apariencia escaso o agotado, insuficiente para todo lo que se pretende hacer o cumplir. Hacer en pos de la realización y el éxito en la medida estén encuadrados, respondan al "modelo" imperante cuyos componentes son algunos de  los señalados más arriba.Agreguemos poseer bienes materiales, concretar factores y vida que hacen al "prestigio" según conceptos reinantes. Llevar un estilo de imitación, correr tras ellas, estar pendientes y en apariencia en logros de escaso valor humanístico y moral. La descripción insume tantos lugares comunes, tan conocidos, sufridos en carne propia a poco que se ejercite el uso de la conciencia con capacidad para identificarlos, dejarlos de lado.

¿Es justa tanta dependencia?. Deberíamos ser maestros de nosotros mismos. Sostienen algunos pensadores como Pablo Merlini y Bernardo Nante la existencia de un umbral que califica el adentro y el afuera, valorizando así, potenciando el ser y el estar. Darle al tiempo y al espacio su verdadera dimensión. Hay que detener la carrera contra el tiempo en que ciertos sectores de la sociedad la ejercen cotidianamente. No es este el estilo de vida, la forma existencial que nos pueda conducir a la paz, la felicidad, la realización verdadera, con independencia de la condición material que se logre. Siempre se encontrarán ejemplos de aquellos que por estos caminos consiguieron "vivir bien". No correr por correr y menos aún hacerlo alocadamente impulsados por llegar a metas absurdas. Pensemos, reaccionemos,  no sumemos actos, esfuerzos, valoraciones equivocadas. Comprobemos como hoy lejos de la lucha obrera por el logro entre otras conquistas las de las horas por jornada, el descanso dominical, el sábado inglés, además de aumentar horas , o disminuirlas con rebajas de salario,la gente está dependiente del teléfono movil  u otros artilugios para ejecutar o dar ordenes laborales sin límites de tiempo. Mañana, 1º de mayo, día de la lucha de los trabajadores estas nuevas condiciones resaltan su actual crudeza.

Detengámonos. Si mayoritariamente esto sucede, sin idealizar ingenuamente, no solo cambiará nuestra existencia, también mejorará el mundo.

Chau y hasta la próxima.

 

Bibiliografía .

Ana María Llamazares. artículo. ¿por qué corremos tras del tiempo?

Sergio Sinaí  ¿Para qué trabajamos?

viernes, 27 de abril de 2012

Nº 516 El techo blanco de mi dormitorio.

 

 

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Llevo más de treinta años durmiendo allí. El techo, como el resto de las paredes, su contenido, amoblamiento, vistos son más que familiares para mi vida, aunque su aspecto fué cambiando por mantenimiento, distintos empapelados, distintos colores de papel. Pero el techo fué siempre blanco, blanquísimo. Su unión con las paredes es rematado por molduras simples pero elegantes. De su centro pende una lámpara de bronce en forma de lira simulando una vieja de gas con su tulipa blanca. Ese techo tiene una atracción especial porque mis miradas cuando debía y podía estar boca arriba aguardando la soldadura de dos vértebras lumbares rotas e inoperables .Obligado a pasar así más de un año luchando obstinadamente por una recuperación que me permitiera volver a caminar y además superar dolores muy variados. Tomé esa blancura extendida allí arriba, mutante a causa de las horas del día, las sombras proyectadas, las luces, algún insecto posado o deambulando en contraste, destaque entre el color del territorio donde se posó o caminó y su propia oscuridad física. Ese techo invirtió la tradición del color del pizarrón .Porque fué y es para mí un pizarrón donde escribo con mi pensamiento no solo las ideas y textos que van a aparecer. Luces blancas, brillantes, dificil de suprimirlas. También imágenes variadísimas. Casi como en una pantalla cinematográfica. Todo aquello que mi mente elabora en  gamas distintas tienen cobijo, reflejo en el techo blanco de mi dormitorio. Otro paisajito que disfruto dentro de mi mundo acotado.

Chau y hasta la próxima.

miércoles, 25 de abril de 2012

Nº 515 Funchal, capital de Madeira.

 
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Se dice que Madeira es la isla donde la primavera pasa el invierno.
De pronto apareció el recuerdo, como suele suceder la mayoría de las veces. Un nombre magnético y lo menciono cargado de una gran subjetividad. Porque describirlo, hablar de su belleza, de su importancia y como señalé al comenzar, capital de un paraíso llamado Madeira, no haría más que relatar turismo. No es cuestión de datos y fotos. Porque el conjunto y la particularidad tienen una sola muestra. Verlo, vivirlo. ¿Cómo hablar del clima, el ambiente prevalente más allá del sol, el paisaje, el buen o mal tiempo, las voces, los sonidos, la gente, todo con ese dulce idioma portugués. Personas amables, educados. Las bellas muchachas. El encanto de su acento. Las floristas, los pescadores. vendiendo los peces espada, oferta culinaria característica del lugar. El vino al alcance de la mano, verdaderas ambrosías. Los mástiles de los barcos, su puerto con amarraderos poblados de opulentos navíos. Los cruceros blancos surcadores de aguas transparentes. Los serpenteantes caminos que atraviesan endemodiadamente la isla provocando en su recorrido, suspiros contenidos ante precipicios puestos a centímetros de sus trayectos. El ruidoso ir y venir de las olas sobre playas cubiertas de cantos rodados que suenan al ser empujados y llevados por las aguas. Los históricos trineos de mimbre que se deslizan por sus calles toboganes. La impronta de Colón con sus estadías en la isla.La curiosidad de sus tejados terminados en forma de pagoda china, resabio de la época de los grandes expedicionarios y conquistadores portugueses en en su paso por Asia y China.
Y uno camina, camina y camina en toda esa belleza sin cansarse entre tanta admiración. Sin querer abandonar la isla, sin dejar esa burbuja mágica. Porque Madeira, Funchal son el lugar, sin la menor duda.
Chau y hasta la próxima.

sábado, 21 de abril de 2012

Nº 514 Uno sueño más.


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"Cierro los ojos, duermo, entro en un abismo insondable, en un paraíso, en un infierno, sueño".
No descubro nada si te digo que hay algo mágico, por momentos inexplicable, a veces terrorífico, angustiante, el sueño que soñamos. Imágenes desconocidas, otras conocidas, y muy queridas. En algunos de ellos hacemos lo que lúcidos seríamos incapaces de ejecutar, al extremo que al despertar podemos sentir vergüenza, cierto arrepentimiento. Analizar sueños, sus porqué , sus como produjo y producirá textos, teorías, verdades, absurdos. Los científicos descubren sus mecanismos,pero todos llegan a la noche con la incógnita de sin saber que  sucederá en ella. Viajaremos, sufriremos, nos transformaremos, nos llenaremos de erotismo, moriremos, seremos visitados por nuestros amados muertos. En fin, posibilidades infinitas, misterios a revelarse, a invadir nuestro pensamiento y sensibilidad. También a olvidar. Quizá más de una vez despertemos sin recordar bien lo que hemos soñado o convencidos que esa noche no sucedió nada. Por momentos el sueño tiene hasta una coherencia argumental. Lo más probable se interrumpa en lo mejor despertándonos  y quedó inconcluso.Me ha resultado muy extraño, inexplicable, como la mayoría, uno de esos sueños. Hasta ahora nunca soy el que soy en la actualidad, es decir anciano en pleno ocaso, sino un joven maduro, en plenitud de sus fuerzas físicas, capaz de accionar, moverse, hacer frente a las circunstancias que lo onírico plantea.
Camino por una calle adoquinada, arbolada, casi un parque, con muy frondosa vegetación. Los árboles muy gruesos. Me desplazo con la convicción que soy objeto de seguimiento pero no me explico la causa. Aumenta mi preocupación. Por fin visualizo a mi perseguidor. Es alto, rubio, viste ropa informal. Se me va acercando a pesar de mis esfuerzos y tácticas evasivas. No logro desprenderme de él. Visualizo un arbol de gran follaje y también de tronco muy grueso. En lugar de trepar y refugiarme en su ramaje me enrosco en su tronco cual serpiente  y logro pasar desapercibido. Ya a salvo aunque no sé de qué. Presumo he tardado más en contarlo que en soñarlo. Tengo la seguridad que todo fué brevísimo, casi instantáneo. No se , son los misterios del sueño que muchas veces como en esta, generan sensaciones. Hechos, situaciones sin la más mínima importancia. Luego, no sé en qué momento oí una voz. Me era muy dificil descifrar el mensaje. Reconocí de quien se trataba, mas tenía un fondo crepidante, sonaba a disco viejo. Me contaba de su muerte, la escuchaba en conversación telefónica a través de mi aparato de madera instalado en mi casa natal. Cuando desperté fuí presa de desasosiego. A media mañana sonó mi teléfono actual. La voz  de un hermano de esa otra voz me contaba que ella se había muerto.  Y ahora me pregunto:¿para qué te conté todo esto?.
Chau y hasta la próxima.

miércoles, 18 de abril de 2012

Nº513 Menos tiempo

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"Yo sigo el camino de toda la tierra"   David a su hijo Salomón.
El tiempo se acota en forma ostensible. Es una realidad incontrastable aunque dificil de medir y calcular. Por qué afirmo tal cosa. Por lógica, por deducción razonable. Nadie, absolutamente nadie salvo que lo decida por  sí mismo o porque ya tiene una pauta indicada por un irreversible estado de enfermedad. Pero si es portador de muchos años , el futuro es indefectiblemente muy acotado. Frente a esto la mente se llena de inquietudes.¿Como será el momento?. ¿Estará acompañado de sufrimiento físico, de conciencia o todo transcurrirá en serena lucidez, casi inadvertidamente?. Luego el cuando.´
Luego ¿que sigue?. Nadie seriamente ha podido relatarlo. Pero se suponen muchas cosas, según creencias. Para unos la nada, el fin definitivo. La invisible oscuridad absoluta. Para otros el luminoso paraíso, el reencuentro. Para estos últimos el juicio definitivo con reaparición probable. En otros credos la reencarnación acompañada con la inocencia de ser y qué fué. La imaginación humana ha sido llevada a crear variantes de todo tipo. Esperanzadoras, lapidarias. El ser o no ser sin la vida. Sin la palabra, sin el diálogo, sin la respuesta. O con otro idioma no practicado e incomprensible, donde cada especie carece de antecedentes. Donde el recuerdo final será instransferible, absolutamente sumergido en el más hondo misterio. Alguien será portador de sufrimientos físicos. Lo último escuchado, el sonido del balazo dirigido a su sien, la poderosa corriente de la silla eléctrica, el hacha o la cuchilla de la guillotina. La asfixia de la horca. El estupor de ser asesinado.
No he planteado nada nuevo, nada que nos inquiete o nos haya inquietado como novedad. Mas es muy cierto que como afirmé al inicio el menos tiempo condiciona nuestra forma de vivir o de pensar. Objetivizar con claridad y aceptar limitaciones, imposibilidades, otras formas de goce y sufrimiento. El hacer.El no hacer. El poder. El no poder.
Por instantes quisiéramos detener el tiempo.Por momentos comprobamos que transcurre con gran rapidez.. Por momentos es una quema de etapas o de momentos no queridos. Nos invade la nostalgia, por la vida. El pasado se apodera de nosotros. Memoria, recuerdos, impronta indeleble. Felices o infelices. Lugares a los que nunca se podrá volver. Muchos casi al alcance de la mano. La soledad se va apoderando de nuestra alma, aunque  estamos físicamente y moralmente rodeados. Por suerte o por desgracia sabemos quienes somos como personas, aunque el ser en sí puede continuar en la categoría de  incógnita. Esa soledad alumbra pensamientos, ideas, golpea nuestra sensibiiidad y quisiéramos hallar los medios para expresarnos con calidad e idoneidad suficientes. Imposible, nuestra mano escribe con rapidez lo que vamos pensando y sintiendo, pero al leer todo lo escrito no quedamos satisfechos. Como  sedimento una profunda decepción por no haber sabido contarlo, porque no refleja ni por asomo lo que se siente al abordar el tema.
Chau y hasta la próxima.

sábado, 14 de abril de 2012

Nº512 La flor azteca.

 

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" La magia, el ilusionismo pueden engañar los sentimientos"

La impresión que le causaba el andar por la feria-parque de diversiones no se le borró jamás. El ruido de los juegos mecánicos, el ir y venir de la gente, los rostros de asombro, de exitación, la avidez por un disfrute pleno de sensaciones. Los espectáculos ofrecidos de los más variados. El desafío para ejercitar destrezas por premios discretos  de pobre monto. Figuras extrañas exhibidas como exóticas importadas de lejanos y desconocidos países. Placer y curiosidad infinitos colmados con una moneda  colocada en la ranura como cuenta el poema de Raúl Gonzalez Tuñon para ver figuras en movimiento, mujeres desnudas. En ese andar por la galería de los espejos que adelgazaban, engordaban, estiraban, achicaban, deformaban la imagen del paseante que se detenía para verse ridículo. Así, al pasar aparecía ella. En un armazón como si fuera la boca de un escenario de un teatro de títeres. Con marcos dorados,sobre una mesa cubierta de tela  aterciopelada color rojo oscuro. En su centro un florero de cuello largo y sobre él la cabeza viva de una mujer, la flor azteca. Ella de rostro blanco, muy empolvado, labios de rojo muy fuerte, ojos pintados muy oscuros. Peinado corto, renegrido con un casco muy ondulado. Aros discretos como única joya. La flor dirige su mirada directamente a los ojos del visitante casi sin pestañear. Esa actitud le confería una atracción especial. En esa oportunidad, el niño adolescente se sintió traspasado, blanco en sus sentimientos por aquel pequeño y enigmático trozo de mujer. Pasados los años se transfromó en obsesión. Ningún amor era suficiente para reemplazarlo. Más, se convertía en una búsqueda inutil en pos de la felicidad. Nadie se le parecía en la medida suficiente para ganarle el corazón. De allí le nació la idea. . Publicó un aviso solicitando mujer para trabajar de flor azteca ofreciendo un sueldo interesante. Suponía hallaría así la réplica de la que estaba perdidamente enamorado en el recuerdo.. Desfilaron por su oficina variadas muchachas. La mayoría no sabía de que se trataba el trabajo y él no se molestó en explicárselo. La poca respuesta se fué agotando y así pasaron días sin ninguna postulante.

Una mañana, cerca del mediodía se presentó una misteriosa dama muy cubierta y con el rostro tapado con una máscara como aquellas usadas en el carnaval de Venecia. En una de sus manos enguantadas portaba unos impertinentes que le daba más veracidad a su careta-rostro. Una voz profunda, enmarcada en esos labios perfectos e inmóviles susurró yo sé muy bien de que se trata este trabajo. Sus manos temblorosas se movieron en ademán de quitarse la careta. Cuando lo hizo el rostro blanco,blanquísimo, muy empolvado, los ojos pintados, unos pendientes discretos como única joya, un cabello muy teñido, renegrido con ondas marcadas, y una barba larga, blanca, bien recortada, completaba el rostro del anciano.

Chau y hasta la próxima.

miércoles, 11 de abril de 2012

Nº 511 El hombre que camina por el balcón.

exposicion Alberto Giacometti Museo Picasso Malaga Hombre que camina Alberto Giacometti

Casi todos los días salía a su balcón para ver la jornada, la calle, la gente, la vida exterior. Pasaba así parte de su tiempo poco o casi nada ocupado a esta altura de su vida. Harto de la TV  y poco inclinado a la lectura, su presencia en el balcón de su departamento le significaba una buena forma de transcurrir el día.

Una mañana, desde su atalaya divisó en otro balcón de la vereda de enfrente a un anciano que con gran dificultad y esfuerzo vacilaba unos pocos pasos sostenido, logró identificarlos  por un bastón simple y otro con cuatro patas. Esa imagen se repitió  día tras día con llamativa puntualidad. Tiempo después observó  que la caminata se prolongaba. Ya no eran unos pocos pasos sino un breve ir y venir de un extremo a otro. El hombre hacía idas y vueltas con ejemplar voluntad y empecinamiento. Más tarde notó el cambio de los apoyos. Eran dos bastones simples y la repetición se alargaba. El caminante  por momentos se detenía, se secaba la transpiración y reemprendía su andar. El hombre vestía de sport, casi siempre igual. Comenzaba la marcha algo encorvado para ir enderezándose con su ejercicio. Un día por la tarde lo vio salir nuevamente aunque en un ir y venir más breve. A partir de ese momento no se perdió o por lo menos lo intentó  ninguna aparición de ese hombre. Lo veía al finalizar meterse por una puerta ventanal dentro de su casa. Evidentemente el caminante progresaba en lo que aparentaba ser un ejercicio de rehabilitación. Ya andaba con un solo bastón y por momentos probaba sin apoyo alguno. Pendiente de la aparición reiterada del hombre aunque esa presencia repetida , matemática a veces fallaba. Quedaba decepcionado, frustrado, frustración que desaparecía cuando volvía a verlo. Un día no lo vio, ni al siguiente ni al otro. Esperó con paciencia y esperanza. Inútil, no lo vio nunca más. Tentado estuvo de intentar alguna averiguación, mas luego se detuvo en el intento. Siguió en su balcón atisbando, destinando cortas ojeadas hacia un objetivo  evidentemente inútil. Pensó hombre afortunado, luchó, luchó para caminar, cosa que yo en mi silla de ruedas nunca , jamás podré hacer.

Chau y hasta la próxima.

sábado, 7 de abril de 2012

Nº 510 Comentario sobre los cuentos de Leopoldo Lugones: Lluvia de fuego, El escuerzo y La estatua de sal.

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Es recomendable leerlos previamente. Son cortos y se los encuentra en google.

Leopoldo Lugones en estos tres cuentos, uno, El escuerzo, muy dispar de los otros dos, plantea con notable maestría dos cuestiones que son el denominador común de la temática del hombre y por lógica consecuencia del escritor: la vida y la muerte. La conducta humana, el misterio del destino inevitable, el más allá,son algunos de los componentes que, aunque fundamentales, constituyen un complemento de esta temática única, vida y muerte. La vida es precisamente actitud,buena, regular o mala y en decisiva medida condicionada por ese otro factor; la muerte. Pensando en su fin o actuando consciente o inconscientemente, el hombre establece,o intenta hacerlo, sus variables, sus pautas dependientes de lo que entiende por su moral. De allí que los hay de todas las categorías posibles e imaginables,desde santos hasta criminales. Puede, por lo tanto pensar y esperar su fin con temor, valentía o con fe y mística serenidad. Dependerá de su comportamiento y de sus creencias. Lugones plantea además tres situaciones diferentes unidas por un problema común: la creencia, la religión o la superstición, posible desviación esta última de una concepción religiosa donde predomina la ignorancia.

En la lluvia de fuego, un brillante uso del idioma y de la situación nos cuenta una historia religiosa conocida, pero con la originalidad de hacerlo a través de un personaje, quien relata su propia experiencia, su visión como protagonista de la tragedia, y de su fin lleno de una sensualidad apropiada a esa circunstancia. El nos dice, hasta el último minuto, como es el castigo divino, en qué consiste. Hecho con ira, pero con dolor (Cap 18. Génesis. Diálogo entre Jehová y Abraham). La estatua de sal está estrechamente relacionada con este cuento. Ella es, según su autor el símbolo "viviente" de lo que quedó después de la lluvia de fuego. Allí está para siempre el ejemplo. De quien se atrevió a ver¿qué?. Esa es la gran pregunta que no tiene ni puede tener respuesta por más notable que sea la imaginación del autor, por más alternativas y variables que piense el lector. Nadie logrará obtenerla. Para llegar a ella habría que trasponer algo más que los umbrales de la muerte. Habría que penetrar en esa voluntad superior y conocer como ella se materializa, se expresa. Y eso, humanamente es imposible. Pueden sí hacerse interpretaciones, pero obtener certezas nunca, particularmente cuando esa misma voluntad dio señales y pruebas evidentes  de no desear que lo supiera. ¿Pruebas?. Transformó en estatua de sal a quien se atrevió intentarlo. El autor crea con maestría descriptiva el "climax" que lleva a la gran incógnita y sobre el final formula una advertencia sin decirlo. Como la mujer de Lot primero y Sosistrato después, nadie podrá trasmitir lo que logre averiguar. De este último surge otra interesante conclusión. No basta una vida dedicada a la oración, a la meditación o a la bondad para equilibrar  con su peso, un instante de debilidad. De igual manera lo plantea Eça de Queiroz en una de sus leyendas de santos. Claro que es dable preguntarse ¿esto es justo?. Sí, cuando una sola y breve actitud es de trascendencia e importancia suficientes como para destruir todo lo hecho anteriormente. Es cuando al error puede  juzgárselo como irreverencia, actitud consciente o tentación.

El castigo divino a Sodoma y Gomorra parece un hecho reiterado a través de la historia, cuando el hombre despierta la ira con su propia ira, con su conducta. Cuando se auto destruye en lugar de colocar su conocimiento, su poder al servicio de sí mismo, de todos, sin distinciones ni excepciones. Lugones afirma en estos cuentos con claridad meridiana el papel del hombre en su destino final. Poseyendo una conducta, una línea moral arribando a  un fin que el mismo ha provocado cumpliendo con su destino. Esto se comprueba y adivina en la vida sensual y disipada del protagonista  de la lluvia de fuego, en la incredulidad obediente, actitud superior e ingenuidad antisupersticiosa del joven hachero de el escuerzo, en la caída de Sosistrato, en la estatua de sal cuando sucumbe a la tentación. Los tres personajes mueren como es lógico cumpliendo su sino al que no han sido ajenos.. Lugones revela como es dable esperar en un autor de su nivel riqueza idiomática, imaginación, poesía. Hay partes de gran belleza no solo formal sino también poética. Como la escena de la madre y el hijo cenando a la luz de la luna (el escuerzo). En la precisión descriptiva del paisje desolado, ardiente donde se desarrolla su estatua de sal..Logra el autor  transportarnos con honda riqueza expresiva a los días de Sodoma y Gomorra, llenas de corrupción, lujo, depravación aunque no se permite la menor mención escatológica, posibilidad que aprovecharía cualquier escritor en búsqueda del éxito fácil. Simplemente ubica al personaje central describiendo su entorno, contándonos las primeras manifestaciones de la voluntad superior. Esa extraña lluvia de corpúsculos ígneos bajo un  cielo totalmente despejado.

El resto lo imaginamos los lectores. No es necesario más. Sabemos por la sola mención de sus nombres el significado de esas dos palabras: Sodoma y Gomorra. Sinónimos de decadencia y así nos explicamos el motivo de su destrucción.

Inesperadamente, con la sorpresa del cuento, nos enteramos como inevitablemente muere el hachero, joven y descreído. Con asombro imaginación y una gran incógnita en nuestras mentes continuamos pensando el lo que vió la mujer de Lot y en el fin  de Sosistrato.

Las reglas literarias del cuento se han cumplido plenamente. Y los lectores nos quedamos reflexionando sobre la calidad literaria, sobre las fascinantes propuestas de ese grande de las letras , Leopoldo Lugones.

Chau y hasta la próxima.

miércoles, 4 de abril de 2012

Nº 509 Cuentos cortos y raros.

 

de geometricario, Veji

Contar después alguna cosa, imaginar, es un placer que me brinda la noche"

El golpe presentido.

Escena nº 1.

Caminaba por la calle en forma vacilante. Presumía ser víctima de un seguimiento. En forma inesperada le llegó el primer golpe. El observador no pudo ver la escena completa. Un misterioso abanico negro se abrió , se interpuso interrumpiendo la visión.

Escena nº 2

Caminaba con más vacilación como acusando ese golpe. Se descargó otro más. Nuevamente el abanico se interpuso.

Escena nº3

Se repite la 2º escena, avanza, pero esta vez el abanico no oculta nada.

Fin.

Tango.

Los brazos abrían el "fueye", las manos pulsaban los botones. Las notas volaban al espacio con armónica belleza. Sentado en la puerta del conventillo la esperaba con su bandoneón. Como siempre ella pasaba con sus pasitos cortos, su modesta joven figura rumbo al trabajo. Nunca una palabra, un gesto. El arrancaba con su tango al verla aparecer. indiferente por la vereda de la callecita. El, sin saber su nombre, con sus notas arrancadas antes de cerrar el "fueye", le dijo, inventando su nombre en adivinanza fallida : Chau Beatriz.

Fin

El país que jamás existiría.

La dictadura imperante, como todas las dictaduras puso especial interés en la educación de niños y jóvenes. Cursaban escuelas especiales llenas de las ideologías del régimen. Prácticas, militancia activa, desfiles militarizados. Generaciones preparadas para continuar en el futuro el sostenimiento y la práctica moral, material y política del sistema y su aparato.

La dictadura cayó. Esos jóvenes se encontraron preparados para un país que jamás existiría.

Fin

La respuesta inesperada.

Dijo el maestro, el gran gurú.envuelto en su ignorante soberbia. Solo respondo preguntas cada diez años.. Reunía a discípulos y seguidores en lo que el llamaba su Fortaleza de escuela sensitiva. Palabras que para un lego resultaban incógnitas incomprensibles se pronunciaban  con frecuencia inusitada.

Metas, la búsqueda de la felicidad. La paz interior. La iluminación., en orden variado. Método fundamental, la meditación para llegar a la verdad, la verdad eterna. Lo rodearon en más que respetuoso silencio, con verdadera unción admirativa. Entre todos, con acuerdo previo formularon la pregunta. Aguardaron con indisimulada impaciencia la respuesta. Hablaría luego de esos diez años de hermético mutismo. El tiempo pasaba y él no abría la boca. Por fin se decidió hacerlo. Su voz sonó mágica porque antes de hablar carraspeó, emitió sonidos a boca cerrada y por fin respondió con estas sabias palabras. ¡Y yo qué se!.

Fin

Las notas perdidas

¡Qué extraño sonido estoy escuchando!. Parece no responder a ninguna partitura, Investigo, averiguo, imagino. Creo haber dado con la solución. Es lo  que debía seguir de la Sinfonía Inconclusa de Schubert. Las notas  previstas, y las no previstas en la creación del autor quedaron huérfanas vagando  en lugar desconocido. En ese deambular vieron un papel pentagramado. Se agruparon desordenadamente, porfiando entre sí por ocupar un lugar aún en repetición. Luego se dieron a conocer.

Fin.

 

Chau y hasta la próxima.