Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 27 de mayo de 2009

210 El Karavansar. "La magia, la imaginación, la aventura"

 

Extraña, casi enigmática experiencia, haber conocido un karavansar o caravanserrallo. Meterse en esa fortaleza de torres prismáticas, atravesando un portal decorado con finos arabescos, encontrarse en un patio central con una mezquita de tamaño menor, los habituales alojamientos, baños, la sala principal. Todo preparado y dispuesto para alojar, servir de albergue y posibilitar el alto de las largas y repetidas caravanas que provenientes de oriente, o en sentido inverso, hacían entre otras la llamada ruta de la seda. El lejano oriente,la China, la India, las otras civilizaciones, a través de esas eficientes naves terrestres, enviaban sus riquezas, alimentaban mitos, fantasías, codicias. Alcanza o ilustra la lectura de los viajes de Marco Polo con sus relatos fantásticos, por momentos mágicos. La aventura humana. El hombre indomable, organizador, partícipe, beneficiario, víctima, encontraba por este medio una forma de materializar sus ambiciones. Las caravanas,las rutas abiertas a través de los continentes, de lo desconocido, el arribo a puertos. El embarque de las mercaderías. Su concentración en bazares, mercados. La llegada a destinos com Génova, Venecia y tantos otros lugares comerciales. Pero este hilo-línea delgado,dibujado en mapas atravesándolo todo tenía sus necesarias paradas. Conduciendo riquezas, maravillas, gente, especias, creencias y culturas diversas, creaciones, inventos. En algún obligado momento hacían un alto en el karavansar. Sabia estructura creada exprofeso. Y esta fantasía de solo pensarlo alumbra el imaginarlas. En pensar en ese mundo desconocido  historiado y registrado en detalle, conmovió mi sensibilidad, me hizo volar hacia ese pasado, integrarme  como parte de esa caravana, mezclar sentimientos con fantasías. Reflexionar sobre la grandeza de la aventura humana. Sentir el olor inconfundible de los camellos, de otras bestias de carga. Las voces incomprensibles de los traficantes, viajeros. El murmullo de los servidores, los esclavos. Voces, olores, colores, historia. Todo eso sentí y mucho más  cuando tuve el raro privilegio de entrar y estar en un karavansar.

Chau y hasta la próxima

1 comentario:

coto dijo...

Construcciones,objetos personales de toda clase...etc,etc.Son los encargados de transmitirnos esa historia de la cual estan cargados.
Hay que saber reconocerlos para que se abran y muestren todo su esplendor;pero a veces no es suficiente...a veces es necesario saber soñar y saber creer.