Mis padres, en relatos dirigidos a sus hijos tenían la sana costumbre de contarnos sus vivencias, recuerdos. Quedaron sus anécdotas, historias relacionadas con los acontecimientos y avances de fines del siglo XIX , principios del siglo XX. Desfilaban así el tranvía a caballo, luego el eléctrico, la iluminación de gas y la eléctrica, automóviles, fonógrafos, cine, globos aerostáticos, aeroplanos, para mencionar algunos. Las personalidades de la época. No podía faltar el 1º centenario y con él como era el país, la ciudad, la visita de la Infanta de Borbón apodada La Chata. Curiosamente la vida me permitió ver su monumento en La Granja, Segovia, España, lugar donde había nacido y donde están sus restos, fuera del Escorial. Esa sana costumbre de mis padres enriquecieron nuestra imaginación, en especial la mía. Recuerdo haber tenido en mis manos, jugado con una especie de anuario-agenda, de tapas marrones con el escudo argentino en colores, y en su páginas casilleros para anotaciones del día a día, textos variados y la letra completa del himno nacional.
Me ilusioné con metas como crecer y llegar al año 2000, cumplida o llegar al 2º centenario de la revolución de mayo y como segura improbabilidad el 2º centenario de 9 de julio. Viví un solemne centenario de la muerte del Gral San Martín en 1950 y los sequiscentenarios respectivos de las fechas patrias con los fastos del momento. Me queda un año para cumplir ese sueño infantil, pero más allá si se concreta o no, espero que sí, reflexiono sobre esa carga memoriosa y nostálgica, aumentada por los relatos sabios de mis padres, por mis propias experiencias. Pienso con esperanza e ilusión, más allá de satisfacción como argentino, del desarrollo venturoso de mi patria, mi gente. Saberlo bien encaminado, con sus contradicciones mitigadas, sus injusticias limadas. Sin patrioterismos malsanos, seguir poniéndome con cariño la escarapela. Como regalo, si no pudiste leerlo, al pie te pongo la letra completa del himno primitivo, que en la escuela debíamos aprender de memoria.
Feliz día de la Patria, chau y hasta la próxima
Himno Nacional Argentino Autores Vicente Lopez y Planes. Adoptado por la Asamblea de 1813
coro:Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos
o juremos con gloria morir.
Oid ¡mortales el grito sagrado:
¡Libertad, libertad, libertad!
Oid el ruido de rotas cadenas:
Ved en trono a la noble igualdad.
Se levanta a la faz de la tierra
Una nueva y gloriosa Nación:
Coronada su sien de laureles
Y a sus plantas rendido un León.
De los nuevos campeones los rostros
Marte mismo parece animar:
La grandeza se anida en sus pechos.
A su marcha todo hacen temblar.
Se conmueven del Inca las tumbas.
Y en sus huesos revive el ardor
Lo que ve renovando a sus hijos,
De la Ptria el antiguo esplendor.
Pero sierras y muros se sienten
Retumbar con horrible fragor;
Todo el país se conturba con gritos
De venganza de guerra y furor.
En los fieros tiranos la envidia
Escupió su pestífera hiel,
Su estandarte sangriento levantan,
Provocando a la lid más cruel.
¿No los véis sobre Méjico y Quito
Arrojarse con saña tenaz,
Y cual lloran bañados en sangre,
Potosí, Cochabamba y La Paz?
¿No los véis sobre el triste Caracas
Luto y llanto y muerte esparcir?
¿No los véis devorando cual fieras,
Todo pueblo que logran rendir?
A vosotros se atreve¡Argentinos!
El orgullo del vil invasor.
Vuestros campos ya pisa contando
Tantas glorias hollar vencedor.
Más los bravos que unidos juraron
Su feliz libertad sostener.
A esos tigres sedientos de sangre.
Fuertes pechos sabrán oponer.
El valiente argentino a las armas,
Corre ardiendo con brío y valor.
El clarín de la guerra cual trueno
En los campos del Sud resonó.
Buenos Aires se pone a la frente
De los pueblos de la ínclita Unión
Y con brazos robustos desgarran,
Al ibérico altivo León.
San José, San Lorenzo, Suipacha,
Ambas Piedras, Salta y Tucumán
La Colonia y las mismas murallas,
Del tirano en la Banda Oriental.
Son letreros eternos que dicen:
Aquí el brazo argentino triunfó.
Aquí el fiero opresor de la Patria,
Su cerviz orgullosa dobló.
La victoria al guerrero argentino
Con sus alas brillantes cubrió.
Y azorado a su vista el tirano,
Con infamia a la fuga se dió.
Sus banderas, sus armas se rinden
Por trofeos a la libertad
Y sobre alas de gloria alza el pueblo
Trono digno a su gran majestad.
Desde un polo hasta el otro resuena
De la fama el sonoro clarín
Y de América el nombre enseñando.
Les repite :¡Mortales! Oid:
¡Y a su trono dignísimo abrieron
Las Provincias Unidas del Sud!
Y los libres del mundo responden:
¡Al Gran Pueblo Argentino Salud!
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