Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 16 de diciembre de 2009

268 Oximoron

 

"Tomé palabras cual mazo de cartas.Mezclé, repartí".
Me despertó el ruido del silencio, aunque en realidad estaba durmiendo despierto. Me acerqué a la ventana para ver como estaba el día, como había amanecido. Comprobé a través de la opacidad del cristal transparente que la jornada se presentaba hermosa en su fealdad, seguramente influía en ella el cálido frío, la seca lluvia caída durante la noche que había transformado la tierra del jardín en un barro limpio. Abrí esa ventana dispuesto a gozar de la fétida fragancia de las rosas. Al querer cortar una me pinché un dedo y experimenté un dolor placentero. La tomé para ofrendársela luego a mi odiada amada, seguro me profesaba  un odio muy querido por ella. Más tarde, cuando nos encontramos intercambiamos gestos no gesticulados, emitimos frases mudas. Sufríamos con placer a punto tal que nos encaminábamos a una feliz tragedia. Dejó de ser mi estrella para transformarse en una oscuridad luminosa, una música insonora. Figura de color incoloro, de perfume inodoro, me besaba con besos de sabor insípido. Ante esa situación rompimos en un llanto a carcajadas. La melodía que su presencia en mí despertada sonaba insonora, atrapada por una audición manifiestamente sorda. Su figura ya era para mí una visión ciega.  Envueltos en un dolor indoloro, toda nuestra relación ya era una sorpresa sabida. Produjo en nosotros una perplejidad presentida reproduciendo un texto no escrito, un fulgor apagado. Saboreando esa amarga dulzura, temimos caer al actuar con prudencia en refinados groseros propio de ilustrados ignorantes.
En esa situación me sentí muerto vivo y tomé la firme decisión indecisa de librarme esclavizándome para siempre de ella. La maté sintiéndome un asesino inocente. Luego mi corazón detenido siguió latiendo, mi sangre circuló dentro de mi cuerpo también muerto. Como ves, antes de callar definitivamente por un tiempo, te he relatado mi secreto inconfesable.
Espero te guste mi texto no escrito
Pleonasmo.
Cuando la ví con mis propios ojos lo primero que intenté fué tocarla con mis propios dedos, besarla con mis propios labios. Se negó, resistió mis embates con sabias palabras: lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible. Ante su negativa sentí en mi corazón una hemorragia de sangre. No supe como reaccionar. Insistí pero ella volvió con un "te vuelvo a repetir".Incentivado por su belleza mi cabeza pensó mis pensamientos que me decían intenta igual conquistarla. Sueña tus sueños y verás con el tiempo los dos soñarán lo mismo.
Todo el casual encuentro se produjo cuando llegué a una conocida confitería e impulsado por no sé que fuerza entré adentro, y al ver una escalera que llevaba a un anexo superior subí arriba con mis propios pies. Al verla me dije como buen hijo varón debo comportarme como tal. Tan linda  pensé qué orgullosos deben estar sus padres de haber tenido esa hija mujer. Todos mis esfuerzos culminaron en un rotundo fracaso. Se levantó, bajó abajo, la seguí, salió afuera. En la marea humana de la calle se perdió, la perdí. Mi alegre tristeza, mi feliz desconsuelo generó  en mí una extraña sensación. Acabé por sentirme morir muerto.
Chau he terminado de escribir escribiendo este texto. Hasta la próxima

1 comentario:

coto dijo...

Un frio corrió por mi espalda;entre "chau y hasta la próxima".
He terminado de escribir escribiendo...
Me asusta,pero si es verdad...qué remedio?