271 En busca del tiempo perdido

 

Las dos Edades, Zulema Aschero

"Los hechos no son autobiográficos, las emociones si" Jorge Luis Borges
Maravillosa novela. Recuerdo haber tardado casi un año en leer sus numerosos tomos. En disfrutar trama, estilo, belleza literaria. Cuando la terminé quedé por un tiempo en situación extraña. No quería leer otra cosa, no sabía qué. Tal su enorme influencia. La seguí pensando durante meses, dejó en mí una huella imborrable. El título lo incorporo hoy a mi Ufa como componente de una corta serie. Comenzó con Huellas, Me sirve, no me sirve, ya publicados y luego aparecerán algunas más. Nadie o casi nadie queda excluido de hacer en sucesivas etapas de su vida un balance y en suma caer en una autocrítica por lo que hizo, hace, piensa y dejó de hacer. De ellas extraerá experiencia, intentará correcciones, aflorarán arrepentimientos. Uno puede llegar a cuestionar la vida y en especial la suya. Es tema recurrente. Yo lo he abordado en Ufa como cuestión personal , en relatos de ficción. En esta oportunidad cabe formularse preguntas,¿hubo tiempo perdido? ¿cuando?, ¿en qué consistió?¿cómo clasificar y calificar lo perdido?.Porque es posible en ese momento no tuviéramos noción de su pérdida o no la consideráramos así. O lo que , para un juicio externo no sabemos darle al tiempo su utilidad, en realidad son enfoques diferentes sobre su uso. Consideramos no estar perdiéndolo  y quizá el observador cercano piense lo opuesto. Hacer determinada cosa puede ser para nosotros útil y para otros una pérdida de tiempo. Creo, más allá de sensatas y bien intencionadas opiniones que somos nosotros, en nuestra individualidad los autorizados  para aceptar o rechazar virtudes y errores. Ello no significa cerrazón o sordera a otras opiniones, pero sí valoraciones que nos  afectan y hasta determinan.
Dicho todo esto responder a la pregunta formulada ¿hubo tiempo perdido?. Seguro sí. Quizá menos de lo que debíamos permitirnos, quizá más proporcionado. ¿Cuándo?. Mi vida es ya lo suficientemente larga como para acordarme. Cierto, el cuando ayuda a calibrar su incidencia. No es lo mismo perderlo de joven que regalarlo de viejo cuando a ese tiempo se lo presume acotado. Hoy es un lujo hacerlo, no para transformarse en un descontrolado hiperactivo, salud y edad no lo permiten en su aprovechamiento casi productivo, sino en un uso más sabio y mejor administrado. Economía de movimientos, economía de acciones apuntando muy a lo específico en selección más racional y menos impulsiva del hacer. Ejercitar de ser posible un ocio consciente con contenido que la vejez admite y atesora. Se logra satisfacción, placer, goce, aunque dirás eso no es ocio. ¿En qué consiste o consistió?. En hacer  y en no hacer. Y aunque ejercites las calificaciones sobre lo que te digo cada cual sabe lo suyo o intenta descubrirlo, desentrañarlo. Si creemos que ese determinado tiempo se perdió de su conclusión nace un nuevo interrogante. ¿Existe la posibilidad de su recuperación?. ¿Vale la pena?.¿Queda tiempo?.
Pienso que el título, hermoso y sugerente de la novela de Proust  puede apuntar a un pretexto mojón para haber creado y entregado una obra de arte de gran belleza literaria. Pero nosotros ¡cuántas cosas hemos hecho sin querer, a disgusto, en contra de nuestros sentimientos o intenciones!. Seguro Proust también. Pero, insisto ese ¿fué tiempo perdido?. Es experiencia. Buscarlo casi con obstinación para encontrarlo. ¿Y luego qué?. No lo tendremos entre las manos para manipularlo, proceder a moldearlo cual arcilla, imposible.¿No es al buscarlo perderlo? o cometer ¿otro posible despilfarro?. Claro que , con sentido crítico expresiones interiores o exteriores pueden llevarnos a una condena, a una comprobación, todo dentro de una gran relatividad. Hallar "nuestro tiempo perdido" en infructuosa o saludable búsqueda no  lo devolverá. La nostalgia, la melancolía, el arrepentimiento por ese tiempo pasado y superado quedarán enmarcadas conteniendo así el cuadro de la vida, de nuestra vida.
Chau y hasta la próxima