Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

lunes, 21 de diciembre de 2009

Extra Nº 21 Verano

 Veji, de la serie “Mitades”

Un metrónomo marcando un tiempo, un compás, un ritmo musical. Un reloj en otro tic-tac. Segundos, minutos, horas, días, tiempos, años.Estaciones. Lo escucho y en su sonido asumo el transcurrir, el devenir del instante del ayer, hoy, recién. Pasado, presente, futuro"
No voy a referirme exclusivamente a las características climáticas destinadas a hablar del verano. Todos las conocemos por experiencia, goce, sufrimiento. Quizá la evolución de esta estación aparezca como más severa, contradictoria en el recuerdo más lejano, o diferente en el ejercicio de nuestra memoria. Quizá las temperaturas sean más elevadas, el tiempo más seco, o llueva mucho. Así compararemos y sacaremos conclusiones no siempre ajustadas a la realidad y a la estadística, sino a cierta subjetividad influida. Recuerdo haber escuchado en otras épocas jocosos y descolgados comentarios dichos con toda seriedad  para explicar y explicarse variaciones climáticas. "También con los cohetes que le tiran a la luna" o algo parecido.
En cambio me significó interesante incursionar sobre el hombre, el tiempo y de ellos desprender lo estacional. Una de las inquietudes del habitante racional de este planeta orientado por naturaleza a medir y desentrañar el significado de ese tiempo. El con su decisiva influencia inducía al hombre a observar los astros, los planetas, al sol, la luna, las estaciones, la luz y la sombra, las mareas, las manifestaciones físicas de la naturaleza, del cosmos, obrando el todo como un gran e ignoto reloj. Pensemos en esos habitantes  y como era su percepción del tiempo. Con su evolución a todo le fué poniendo un orden, el suyo, muchas veces desprendido de su experiencia. Conocimiento y avance en el cálculo, en la aplicación de su ingenio. El dominio teórico práctico de todo ello le fué permitiendo organizar la producción, prever los momentos adecuados para la siembra, la cosecha, la labranza en general. Su marcha civilizatoria avanzó. Previó así los fríos, los calores, la declinación otoñal, el reverdecer primaveral. Y en todo este contexto supo con antelación de la llegada del verano, como del resto de las estaciones. No solo por factores climáticos manifestados, sino porque el conoció, aprendió a medir las horas, los días. Inventó aparatos con qué hacerlo. Armó calendarios. Ubicó cada estación con cronología y exactitud. Pensemos que hoy tenemos una fecha fija y sabemos cuando llegará el cambio. Viviremos las transiciones y en virtud de este avance que llevó miles, siglos , años, tiempo, hoy con toda naturalidad, aunque los especialistas nos digan con una exactitud que a veces desmiente lo marcado en el almanaque, nos preparamos a recibir, vivir, disfrutar y sufrir el verano, y con él las anheladas vacaciones.
Bienvenido el verano, en lo posible sin dengue, sin diarrea estival,sin las enfermedades propias de la época, sin crisis energéticas y también sin despilfarro.


Chau y hasta la próxima

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