Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 23 de noviembre de 2011

470. La inmovilidad del insecto

"Muchos espejos para mirarme, pero no encontré la imagen adecuada".

Estoy sentado frente al ventanal que mira al balcón, que da a la calle. Es una luminosa mañana de noviembre, de ello no existe la menor duda a juzgar por la presencia de un jacarandá en flor. Gozo de la vista , de su color azul- violáceo, y me apresto minutos más a emprender mi marcha rehabilitadora en ida y vuelta por ese balcón. En mirada distraída veo posado en la base del marco de una de las puertas ventanas un insecto. No distingo muy  bien de que se trata, pero mi primer reacción es aplastarlo, cosa que no haré de inmediato. Me asalta la idea de observarlo. Es algo más grande que una polilla, tendrá mas de un centímetro y el mismo color. Su inmovilidad me induce a la reflexión. Disto de hacer por el momento mi marcha y le dirijo cada pocos minutos una ojeada. Sigue casi igual, mas en forma imperceptible modificó sutilmente  su posición. Esa inmovilidad tiene sus matices. Me interrogo que importancia mensurable tienen esas variantes como desplazamiento y recorrido en su vida fugaz, con independencia de vuelos.Pienso en otros insectos de actividades y actitudes parecidas.Se me ocurre comparar y trasladar esa o esas imágenes a las personas. He visto mujeres indígenas en el Lago Titicaca, gallegas, de otras razas inmóviles, en sus quehaceres, cuidando sus vacas. Hombres pescando, o en acecho. Qué pensarán en ese silencio estatuario. Que se cruzará por sus cabezas. De pronto, por experiencia propia recuerdo largas horas, días, en especial noches en sala de terapia intensiva. Sin calmantes . Sin poder hacer otro movimiento que el tocar  un timbre para pedir ayuda. Mi espacio tiempo en recorrido de insecto. Se perfectamente que es aquello en mi resignada desesperación. Los dolores mordiendo mi cuerpo. En otras etapas otras inmovilidades, menos limitadas. Un año tardé en comenzar a disponer de mi mismo. Lo estoy haciendo. Dimensionando ese sutil desplazamiento de ese insecto, englobado en su fugaz vida comparada con la nuestra también fugaz en relación a otras o nada dentro del cosmos.

Me levanto, me dirijo al balcón. Ante mis ojos estalló en toda su belleza el jacarandá. Imaginé en su interior a otros insectos en posición de inmovilidad, o emprendiendo vuelos, o recorriendo con su particular marcha los troncos y ramas del árbol..  Al regresar tomo asiento, bastante cansado en mi silloncito. Repito la mirada hasta el lugar donde quedó mi acompañante en la reflexión. Pero él ya no estaba.

Chau y hasta la próxima.

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